| domingo, 20 de julio de 2003 | [Lecturas] Revisión del psicoanálisis en la Argentina En el diván de la historia "Freud en las pampas" (ensayo). Mariano Ben Plotkin. Editorial Sudamericana. 345 páginas Gabriela Ferrari La investigación de Mariano Plotkin tomó como eje al psicoanálisis en tanto aspecto característico de la cultura urbana argentina. Las preguntas que sirvieron de guía fueron por un lado los factores culturales, sociales y políticos presentes en el desarrollo histórico reciente de la Argentina y por otro el contenido de la disciplina que lo hizo devenir en un producto atractivo y de difusión masiva.
Con el término psicoanálisis, Plotkin no sólo refiere a una teoría psicológica sino que alude a los discursos y prácticas con inspiración freudiana que generaron una cultura ”psi” y desbordaron el dominio exclusivamente terapéutico.
En los primeros capítulos analiza la recepción del psicoanálisis en los círculos médicos e intelectuales a comienzos del siglo XX -nótese que en sus inicios era una doctrina puramente médica. Desde mediados de la década del 20, la divulgación ”temprana” de la doctrina de Freud circula como una corriente de pensamiento en base a la difusión de algunos conceptos, más allá del círculo profesional, hasta que en la década siguiente se independiza de la psiquiatría y cobra un impulso que continúa en la actualidad.
El año 1942 marcó una nueva etapa, con la creación de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), que luego se convierte en la primera asociación latinoamericana admitida formalmente en la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA). Pero el aislamiento institucional que caracterizó a la APA estuvo enmarcado en un contexto político e ideológico y como consecuencia el mercado que accedería a la terapia psicoanalítica se constituía en una elite económica y cultural reducida. La política de inclusión y exclusión que inauguró la asociación fue exitosa y cruel, con una estructura jerárquica en extremo y donde los requerimientos para la admisión eran extremadamente estrictos.
La lectura sobre el ”boom” del psicoanálisis a partir de la década del 60 hace eje en los cruces de los acontecimientos que ocurrieron en el mundo occidental y en la manera en que se desarrollaron en nuestro país. Por un lado la rápida expansión de la clase media y profesional, con nuevas pautas de consumo y de ”enfermedades modernas”, y por otro la irrupción pública de la mujer, sin precedentes en nuestro país. Además la psiquiatría había dejado de ser la ”administradora” de las enfermedades mentales para gozar de una formación específica -desde 1942, con el primer programa para graduados en el Universidad de Buenos Aires.
La creación del Instituto Nacional de Salud Mental, en 1957, que centralizaba los servicios públicos de psiquiatría y de prevención, fue una respuesta al surgimiento del concepto de salud mental por influencia de la psiquiatría americana e inglesa y el desarrollo de la industria de las drogas psicotrópicas. Es en el seno de los servicios de atención psiquiátrica en los hospitales generales donde se introdujo y desarrolló la terapia psicoanalítica. El más importante fue el dirigido por Mauricio Goldemberg en el Hospital Gregorio Aráoz Alfaro, más conocido como ”el Lanús”, clausurado por el gobierno militar en la década del 70.
Recién en 1957 apareció la carrera de Psicología en las universidades argentinas. A pesar de ello, los psicólogos no podían ejercer legalmente la psicoterapia por una ley promulgada en 1967 durante el gobierno militar, que restringía su status al de ”auxiliares de la psiquiatría”. Plotkin desarrolla más específicamente este apartado en su artículo ”Freud en la Universidad de Buenos Aires: la primera etapa hacia la creación de la carrera de Psicología”, incluido en los Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe.
El apartado dedicado a Oscar Masotta reivindica su trayectoria como uno de los intelectuales más influyentes en la década del 60. En 1965 Masotta publica en la revista Pasado y Presente el primer estudio en lengua castellana sobre el pensamiento de Jacques Lacan. De allí se asocia su figura a la entrada de la obra de Lacan, a la fundación del Grupo Lacaniano de Buenos Aires y a la edición de Cuadernos Sigmund Freud, marcando el punto de partida para la fundación de la Escuela Freudiana de Buenos Aires -primera institución de psicoanálisis lacaniano de habla hispana.
Plotkin también indaga sobre los vínculos entre la izquierda y el psicoanálisis y la politización de la disciplina. Los convulsionados años 60 repercutieron en el seno de la APA, culminando en la ruptura hacia 1970 del mítico grupo Plataforma, liderado por Armando Bauleo y Hernán Kesselman. Las consecuencias marcaron un hito en la historia del ámbito psi, que quebró la hegemonía ejercida por la APA. El psicoanálisis comenzó a influenciar en ámbitos donde no le interesaba llegar a la APA, como las villas de emergencia y los hospitales, y se transformó en objeto de debate entre la intelectualidad y la izquierda en general.
En los años de la dictadura militar, la represión sobre psicólogos y psicoanalistas se tradujo en desapariciones y exilios pero también en actitudes como la neutralidad política de instituciones como la APA -son particularmente reveladoras las citas sobre la presencia habitual en revistas de interés general de miembros de la asociación como Arnaldo Rascovsky, columnista de Somos y Para Ti.
El ensayo de Plotkin se basa en un pormenorizado análisis de las tesis interpretativas y desenmascara las claves íntimas de los fundamentalismos característicos. El resultado es un trabajo -casi obsesivo- basado en artículos psicoanalíticos editados en revistas de difusión masiva, publicaciones populares, textos y reportajes. Un trabajo que no sólo relata una historia sino que la cuestiona y tienta al lector a plantearse sus propios interrogantes.
Gabriela Ferrari es psicóloga
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