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 sábado, 19 de julio de 2003

Motociclistas redujeron a ocho personas y robaron 6.700 pesos de un negocio
Fue en una casa de venta de máquinas de café. El miércoles habían estudiado el terreno simulando ser clientes

Los dos muchachos que ayer a la tarde llegaron a un comercio de venta de máquinas de café del centro apelaron a un ardid utilizado con frecuencia por los hampones: simularon ser clientes, pero no demoraron en dejar de lado la farsa. A punta de pistola encañonaron a los empleados y al dueño del negocio y se llevaron 6.700 pesos. Con el botín en su poder, se esfumaron en una moto por las calles céntricas de la ciudad.

Hacía sólo quince minutos que Café Berkel, una empresa mayorista de venta de café y de máquinas para procesar granos ubicada en la esquina de Mitre y 3 de Febrero, había abierto sus puertas. En el local estaban seis empleados, el propietario del comercio, Mario Siale, y un proveedor de café. Hacía un rato que habían llegado los vendedores para entregar el dinero que habían recaudado.

En la calle dos muchachos, según contó Siale, llegaban en una Honda 100 de color roja. Los jóvenes ya conocían el lugar elegido para el atraco. Eran los mismos que el jueves a la noche habían preguntado por "el precio" de una máquina de café. Sabían incluso el nombre del dueño del comercio porque un empleado les había entregado una tarjeta con su nombre.

Ayer a la tarde, los malhechores fingieron nuevamente que eran clientes, pero esta vez terminaron enseguida con el ardid. Desenfundaron dos pistolas nueve milímetros y apuntaron a un empleado. En una oficina, ubicada en la parte trasera del local, estaba Siale con un proveedor. Casi no tuvo tiempo de levantar la vista cuando ya tenía frente a él a un muchacho "vestido con una jean y una campera azul" que lo apuntaba. Al lado del maleante iba el trabajador, que ya había sido reducido.

El cómplice del ladrón ya había inmovilizado a los otros empleados, que estaban tirados en el suelo. La primera reacción de Siale fue resistir el robo, pero un culatazo en la cabeza asestado por el ladrón aplacó su ánimo.

Entonces, el asaltante recogió los cuatro mil pesos que el comerciante tenía en uno de los bolsillos del pantalón. Después, el malhechor sólo tuvo que caminar hasta un escritorio para apoderarse de 2.700 pesos que estaban guardados en un cajón.

En el local de venta, las amenazas proferidas por los intrusos se repetían casi al mismo tiempo que un empleado recibía un golpe en la cabeza. "No se muevan porque los vamos a matar. Tengan cuidado que tenemos sida", gritaban intimidantes.

Un rato después, los maleantes decidieron que había llegado el momento de marcharse. Corrieron hasta la vereda y se subieron a la moto de alta cilindrada. Enfilaron por 3 de Febrero hacia el oeste. Sin embargo, Siale no se rindió y creyó que debía salir detrás de los ladrones.

Se subió a un taxi y siguió de cerca la huida de los bandidos. Siale recorrió una seis cuadras hasta que perdió de vista a los maleantes, que desaparecieron por una calle transversal a 3 de Febrero.

Ayer a la noche, Siale estaba convencido de que los ladrones conocían los movimientos del comercio porque llegaron justo cuando habían arribado "los vendedores con el dinero". Cafés Berkel inició su actividad comercial hace 71 años y desde que Siale compró el negocio es el primer robo que sufrió.

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Café Berkel está en Mitre y 3 de Febrero.

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