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 sábado, 12 de julio de 2003

Harry Truman, franco antisemita

Menos de un año antes de reconocer la creación del Estado de Israel en 1948, el presidente estadounidense Harry Truman dedicaba duras palabras a los judíos en un diario recientemente descubierto y divulgado ayer.

Esas críticas, en las que los medios de comunicación, particularmente la cadena CBS, vieron una inclinación francamente antisemita, sorprendieron a varios historiadores, pero confirmaron a otros, que no ignoraban este aspecto poco glorioso de la personalidad del trigésimo tercer presidente de Estados Unidos.

Por su lado, judíos e israelíes reconocen por lo general a Truman sus esfuerzos que culminaron en el reconocimiento oficial de Israel por Washington.

"Creo que los judíos son muy, muy egoístas", escribió aparentemente de puño y letra Truman el 21 de julio de 1947 en su diario, cuyas páginas fueron publicadas en el sitio web de la Truman Library (Trumanlibrary.org/diary). "No les importa cuántos estonios, letonios, finlandeses, polacos, yugoslavos o griegos sean asesinados o maltratados. Los que les importa es que ellos reciban un tratamiento especial", agrega el presidente.

Entregado luego a su irritación, escribe: "Cuando los judíos tienen poder, físico, financiero o político, no tienen nada que envidiarle a Hitler ni a Stalin en lo que concierne a crueldad o malos tratos frente al común de los mortales. Pongan a una persona en la cima de la jerarquía, poco importa que su nombre sea ruso, judío, negro, director, trabajador, mormón, bautista, se volverá malo", añade.

Estas palabras fueron escritas tras un pedido de entrevista por parte de Henry Morgenthau, judío y ex secretario del Tesoro de Franklin D. Roosevelt.

Morgenthau le había pedido al presidente para hablar de la emigración clandestina de los judíos europeos, escapados del genocidio nazi, hacia la Palestina bajo mandato británico, que les impedía el acceso. Morgenthau "no debería molestarme por eso. Los judíos no tienen sentido de las proporciones ni buen juicio sobre los asuntos internacionales", escribió Truman. En una carta escrita por Truman a Beth, su esposa, evoca su relación con los chinos y los negros: "Un hombre vale tanto como otro mientras sea honesto, derecho, y no sea negro ni chino. El tío Will dice que el Señor hizo al hombre blanco con polvo y al negro con barro".

Algunos historiadores atribuyen su apoyo al Estado hebreo por el interés puramente político de ganarse el voto de esa comunidad, cuando su popularidad estaba en los niveles más bajos.

Truman no fue el único presidente sospechoso de antisemitismo. La reciente divulgación de las conversaciones grabadas de Richard Nixon reveló que a su secretario de Estado, Henry Kissinger, lo llamaba "el muchacho judío". (AFP).

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