| miércoles, 09 de julio de 2003 | El arzobispo de Tucumán reclamó al gobierno más apoyo a la educación El arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Villalba, advirtió hoy durante el Tedeum por el Día de la Independencia ante el presidente Kirchner que es "alarmante" la deserción escolar en la provincia, y lamentó que el Estado "no apueste a la educación", sin la cual "es imposible hacer madurar al pueblo".
"El hambre material es urgente, pero el hambre de educación es importante. No se puede descuidar porque trae peores secuelas y más difíciles de revertir. Lo que tardó años en construirse, se lo está destruyendo en un par de décadas", alertó el prelado durante el Tedéum en la catedral tucumana.
Delante del presidente Néstor Kirchner y de otros funcionarios nacionales y provinciales, el arzobispo exigió que la educación sea "una política de Estado", dado que según aseguró "para que nuestro país tenga salida, es imprescindible que las escuelas funcionen, que los docentes asistan y que todos los educadores realicen sus tareas con tranquilidad económica y espiritual".
"No hay posibilidades de progreso político o de crecimiento económico sin un paralelo desarrollo social, que supone una educación con igualdad de oportunidades reales y efectivas para todos sus miembros", sentenció el referente eclesiástico.
El prelado tucumano -el mismo que hace un año puso sobre aviso sobre las muertes por desnutrición infantil- reiteró que la deserción escolar es "alarmante" en la provincia, donde los índices alcanzan "un 32,50 por ciento en la escolaridad primaria, aunque con niveles del 42,50 por ciento en zonas rurales, y trepa hasta el 43,55 por ciento en el nivel secundario o polimodal".
Consideró, asimismo, que la crisis que padecen las instituciones se debe a la "inconducta moral de personas que actúan en las diversas estructuras del Estado y de la sociedad, en todos los niveles" y que esos comportamientos contrarios a las normas éticas "justifican luego la indiferencia o las injusticias que cometen en relación con la sociedad".
"De esta manera -explicó-, nace una especie de modalidad colectiva de astucia, una inclinación perversa para vivir en la ilegalidad, que provoca desconfianza, desigualdades y heridas entre las personas y los grupos sociales".
Tras estimar que para "curar una sociedad golpeada por estos males hace falta un fuerte esfuerzo educativo", aseveró que "la mayor de las pobrezas es la falta de educación", por lo que exhortó a los responsables políticos a lograr una "educación de calidad para todos, pues es el recurso más necesario para combatir la pobreza".
En otro pasaje de su alocución, reclamó que se "cuide y proteja la educación de los miembros más débiles o marginados", y sostuvo que "la democracia, que exige una participación personal, consciente y comprometida, debe preocuparse por la creciente educación de sus ciudadanos, para que no sean muchedumbres gregarias, sino pueblo responsable".
"La educación, como derecho inalienable, es para todos. Sin embargo, esto todavía no es una realidad efectiva entre nosotros", volvió a quejarse monseñor Villalba. (DYN) enviar nota por e-mail | | |