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 miércoles, 09 de julio de 2003

Televisión / Crítica
"Flavia": un magazine autorreferencial que no aporta ninguna novedad

Pedro Squillaci / La Capital

El ansia de protagonismo de Flavia Palmiero es tal que le puede echar por la borda un producto televisivo y el trabajo de todo un equipo. Desde el arranque, con el título del programa (que no podía ser otro que "Flavia"), se sabe que lo que vendrá a lo largo del envío será un autobombo disfrazado de magazine. Las referencias a la conductora son permanentes, y todo gira en torno a su atractiva figura, desde los piropos de los coequipers, que funcionan como si fuesen sus satélites, hasta las intervenciones de sus invitados y columnistas. El empacho de Flavia para el televidente es tan grande que el producto final termina aburriendo y eclipsando las pocas buenas intenciones del programa.

La ex de Franco Macri vendió el envío como "una revista en acción". Y nada más literal que esta definición. El magazine -que no escapa de ese género aunque a ella le cueste admitirlo- se presenta como una revista tipo Cosmopolitan y la conductora luce como una estrella de Fashion TV. Puro glamour.

En cada bloque se van anunciando los títulos del programa, con voz del locutor en off, como si fueran grandes temas, que finalmente nunca adquieren esa magnitud. Encima, ese locutor se encargará de sonar tipo Crónica (como si eso fuera un mérito) y sorteará un O Km. Vaya originalidad.

Flavia intenta darle espontaneidad y frescura al envío, pero no logra su cometido. Por el contrario, sobreactúa, mira a cámara, está pendiente de lo que viene y da la impresión que no sabe exactamente cual es el contenido del próximo bloque. Algo realmente gravísimo.

Las intervenciones de Marcelo Mazzarello son acertadas en su rol del insoportable productor Rolo Rodríguez, sólo porque el actor derrocha profesionalismo en cada interacción con la estrella. Claro que Flavia hace agua cada vez que Mazzarello se sale del libreto, en quizás los momentos más humorísticos del magazine.

El segmento de Jorge Pizzaro sirve para mechar actualidad y de paso para demostrar un supuesto compromiso social de la conductora. ¿Alguien podrá creerle que le preocupa la cantidad de autos que no tienen verificación técnica en Capital Federal? Sin embargo, eso dijo la animadora en un esfuerzo por demostrar que el mundo le preocupa más allá de las vidrieras de los shopping.

En lo que respecta al abogado Mauricio D'Alessandro, éste aborda los temas con la misma superficialidad con que lo hacía en "La corte". Es decir, está en la frecuencia de este magazine. Sólo que Flavia se encargará de deslucir el relato de los invitados, con interrupciones y -otra vez- autorreferencias. "Este tema me trae tantos recuerdos", dijo ante una invitada que preside el Club de Divorciadas.

Flavia también pifia cuando tiene que hacer reportajes. Ni Nicolás Cabré ni Daniel Aráoz, sus invitados estrella, respondieron algo, simplemente porque no hubo preguntas. "Preguntáme vos a mí y yo después te pregunto a vos", insiste ella muy seductora, y todo termina en la nada. Como el programa mismo.

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Greco, D'Alessandro y Mazzarello, con Flavia.

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