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 miércoles, 09 de julio de 2003

Una joven rosarina recibió su tercer riñón y un corazón en doble trasplante
Betina fue intervenida en Francia y espera poder volver a Rosario en 6 meses. Caso único en el mundo

Pablo R. Procopio / La Capital

Betina y su familia están exultantes. Y no es para menos. El caso de la joven de 32 años se convirtió en el único en el mundo: fue trasplantada de corazón y riñón. Su evolución es favorable. La intervención se realizó en Nantes (Francia) y los especialistas calculan que en seis meses podrá volver a Rosario, donde vive.

El caso de Betina Carla García es conocido en todo el país, desde donde la gente colaboró siempre con aportes económicos.

Los inconvenientes en la salud de la joven comenzaron cuando tenía sólo 3 años. En aquella oportunidad sufrió una infección en los riñones. Por eso, tiempo después fue sometida a hemodiálisis pediátrica en el Hospital Italiano de Buenos Aires.

En 1979 se le practicó su primer trasplante renal a través de una donante viva, su madre, pero un año más tarde, debido a un síndrome nefrótico, dejó de funcionar. Por eso, volvió a diálisis y luego de que se realizara una colecta con rifas fue trasladada a Los Angeles (Estados Unidos) donde se le hizo un segundo implante, esta vez de un donante cadavérico.

En el 89 debió someterse a una tercera intervención. Esta vez fue en Nantes y los resultados fueron satisfactorios hasta 1999, cuando debió realizarse un catéter y regresar a la diálisis peritonial.

Betina llegó otra vez a Francia en septiembre de 2002 y a las pocas horas de estar allí se decidió hacerle hemodiálisis: al no tener vías de acceso en el brazo, el procedimiento se le realizó por el cuello. Mientras se sumaban las horas de sesiones, también se hacían intentos de trasplante de corazón. Se le trató de realizar la intervención en cuatro oportunidades, pero se presentaban problemas y los intentos quedaban sólo en eso.

La esperanza que renacía en cada caso y luego se desvanecía provocaba que Betina se deprimiera. Hasta que el pasado martes Luis, su padre, decidió llamar a Francia. Atendió su esposa, quien inmediatamente le pasó el teléfono a la joven. Ambas estaban en un tranvía yendo hacia el hospital; es que estaban a punto de injertarle finalmente un corazón. Una sorpresa agradable.

La operación se practicó y el cuerpo de Betina aceptó el corazón. Los médicos esperaron un tiempo prudencial para poder implantar después el riñón y también lo lograron con éxito.

Betina despertó del coma y le preguntó a su madre cuándo viajaría Luis. Sabía que un amigo facilitaría su traslado al Viejo Mundo, tal cual lo había prometido si Betina lograba las intervenciones necesarias.

Ahora, su padre volará el domingo y se encontrará con "la gorda", como suele llamarla.

En el instituto médico francés la paciente cuenta desde hace algunos días con un teléfono al lado de su cama con el que se comunica con sus familiares. "Está bien", dijo Luis a La Capital. Mientras, espera que Betina pueda regresar a Rosario en seis meses y que no cese la ayuda de la población. Una cuenta del Nuevo Banco de Santa Fe permanece abierta para quien quiera aportar dinero: Nº49500/1.

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Luis, el padre de Betina se prepara para viajar.

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