Todos los magistrados acumulan graves denuncias

Embestida para profundizar la purga en la Corte Suprema

La retirada de Nazareno no garantiza tranquilidad para el resto de los integrantes del máximo tribunal de Justicia

La renuncia de Julio Nazareno a la Corte Suprema alentó ayer a distintos sectores a reclamar que se avance con el juicio político a otros integrantes del alto tribunal a fin de oxigenar definitivamente a uno de los órganos más desprestigiados en la consideración de la sociedad.

Luego del paso al costado de Nazareno, forzado por la insistente embestida del gobierno de Néstor Kirchner y por el proceso de enjuiciamiento iniciado en su contra, la presidencia de la comisión de Juicio Político de Diputados aseguró ayer que se seguirá avanzando para analizar la conducta de otros jueces.

La dimisión de Nazareno, quien adujo motivos personales, generó la primera vacante en el máximo tribunal de Justicia, al tiempo que ubicó a Eduardo Moliné O'Connor en condiciones de reemplazar al ahora ex juez, a quien secundaba en la conducción de la Corte.

Así como Nazareno era una de las figuras emblemática de la llamada "mayoría automática" del alto tribunal a favor del menemismo, no lo es menos Moliné O'Connor, contra quien ayer se alzaron algunas voces, como la del diputado socialista Héctor Polino.

El legislador pidió que, de inmediato, se le inicie juicio político al magistrado por presunto mal desempeño en sus funciones.

En esta línea, el titular de la comisión de Juicio Político de la Cámara baja, Ricardo Falú, afirmó que el alejamiento de Nazareno "no detendrá" el trabajo del Congreso, que "debe seguir investigando y revisando la conducta de los jueces que están denunciados".

El legislador tucumano dejó en claro que en todos los bloques de la Cámara de Diputados "hay consenso y espíritu común de investigar y abrir las causas en las que haya pruebas" contra los miembros de la Corte.

Falú recordó que Moliné O'Connor tiene 67 pedidos provisorios de juicio político, Guillermo López tiene 62 denuncias en su contra, Augusto Belluscio 62, Adolfo Vázquez 62, Carlos Fayt 57, Antonio Boggiano 56, Enrique Petracci 51 y Juan Carlos Maqueda, quien asumió en diciembre pasado, ya suma seis.

Por su parte, desde Italia, el vicepresidente Daniel Scioli aseguró que con la renuncia de Nazareno "comienza una nueva etapa", y destacó la necesidad de "avanzar en el marco de la independencia de los poderes y dar señales claras de un país que quiere recuperar la confianza, con reglas de juego claras y seguridad jurídica".

Nazareno dimitió luego de 13 años y dos meses como juez de la Corte, y el 10 de julio próximo iba a ser acusado en el ámbito legislativo bajo 22 cargos.

La dura pulseada se reanudó hace pocas semanas, cuando Kirchner, por cadena nacional, le imputó a Nazareno ejercer presiones contra su gobierno a partir de las causas de alto impacto económico que tiene que resolver el alto tribunal.

Tras el gesto del viernes y en sintonía con el kirchnerismo, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, opinó ayer que "debería haber más remociones" en la Corte. Para el ex aliancista, con la salida del cuestionado ministro, "quedó demostrado que cuando hay voluntad política se pueden hacer transformaciones".

"La gente de la Argentina marcó un trazo muy grueso entre el pasado, el presente y el futuro, entonces mirar hacia adelante con el lastre de una Corte presidida por alguien que fue símbolo del menemismo y que fue vínculo entre el Poder Judicial y el gobierno de turno era algo muy difícil", señaló.

Polino fue más allá y directamente apuntó contra Moliné O'Connor al pronunciarse a favor de que se le abra juicio político. El legislador socialista entendió que ese magistrado incurrió en "gravísimos hechos de mal desempeño en sus funciones" al "haber avalado con su firma las sentencias de las mismas causas en las que actuó Nazareno".

Pese a la renuncia de Nazareno sigue la tensión.