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 domingo, 29 de junio de 2003

Lole, te llama Don Carlos

Evaristo Monti

El gobernador que acumuló más prestigio y laureles durante el último medio siglo de la historia de nuestra provincia se llamó Carlos Sylvestre Begnis, abatido por el golpe militar que la ceguera uniformada produjo en 1962. El caudillo ucrista del sur era Luis Cándido Carballo, el más grande intendente que tuvo Rosario. Según Carballo, profundas diferencias ideológicas lo separaban de Sylvestre Begnis y cuantiosas dosis de respeto lo acercaban al notable cirujano. Le planteó una ruda interna, pesada y atrevida, según el estilo del "Tuerto" Carballo, único caso de un tipo al que llamaban "Tuerto" porque, según sus amigos más entrañables, tenía "exceso de ojos". Se venían las elecciones y Carballo, candidato natural e inequívoco de la UCRI, el desarrollismo de Frondizi y Frigerio, dale que dale con la interna contra don Carlos, al que terminó venciendo. Entonces Sylvestre Begnis, que era un caballero, convocó a su gente más confiable para debatir la cuestión. Pongo por testigo al doctor Roberto Rosúa porque formaba parte de ese núcleo seleccionado por don Carlos, como yo formaba parte del entorno carballista sin otro engarce que la admiración. Y este es el mensaje que viene de 40 años atrás en la historia santafesina y quiero transmitir al tocayo, Reutemann.

Sylvestre Begnis fue llevado al peronismo por Perón y el Lole por Menem, ambos adornados por un aura bien ganada de honestidad. Con rigor y simpleza, don Carlos dijo a sus capitanes que el candidato era Carballo, que nadie osara retacearle apoyo, que su disputa con el "Tuerto" era un subtema porque el tema era ganar los comicios y que las diferencias personales entre líderes se reservaban a ellos, ya que es desdoroso usar el universo político que representan para dirimir choques propios. Carballo ganó pero no asumió porque el golpe que derrocó a Frondizi y se llevó a Sylvestre Begnis lo congeló a él. Desde ese ejemplo, cito a Abraham Lincoln: "No basta con ser norteamericano, hay que creer en los Estados Unidos" y este es la segunda fase del mensaje de don Carlos, no basta con ser gobernador, hay que creer en el gobierno, en la provincia.


Un líder nunca se obnubila
Reutemann lee las dos encuestas más recientes, una de Robustelli y otra de Retamar, según las cuales el PJ anda por los 35 puntos, Binner por los 22 o 23, la UCR muerde 6. Tal vez crea que se gana de todos modos. Ningún trapecista quita la red. Por más que uno se esmere en comprender al gobernador reaccionando con ira al enterarse tardíamente de que su poco leal Rosatti se mudó a Buenos Aires, desarticulando el esquema de las dos candidaturas a intendente de las ciudades grandes, un hombre de Estado, un líder nunca se obnubila. Recomiendo leer Liderazgo del ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani al enterarse de la catástrofe de las Torres Gemelas aquel 11 de septiembre: "Ten convicciones y comunícalas, da ejemplo, no te dejes influir, no permitas que te intimiden, no des nada por supuesto, no prometas en vano, has de estar siempre preparado y recuerda, recuerda, recuerda, la principal virtud es la lealtad". Lealtad a la provincia, a la causa, no a uno mismo. Don Carlos tenía contra Carballo infinitamente más motivos de exasperación que Reutemann contra Obeid, pero nunca dijo "me vuelvo al quirófano" y el Lole ha repetido casi a diario que se va a Mónaco y desde hace 72 horas, que no será senador sino diputado provincial en el sublema que cocinó el martes con Hammerly-Borgonovo tras ordenar a Cavallero que ponga como vice a uno de sus funcionarios, Alloatti, de cuya existencia los cavalleristas se enteraron el jueves al proclamarse la fórmula. Cavallero está dinámico, en Buenos Aires ficha con Kirchner en el sector de diputados "corriente federal" que encabeza el cordobés Di Cola y en Santa Fe hace silolismo. Hay que reconocer que nadie está trillando políticamente la provincia como el Tigre. Pero gana Obeid con el sublema kirchneriano "Frente para la Victoria". Gana si lleva a Nicotra de vice. Hace horas, Reutemann consultó a 13 senadores y 7 se manifestaron pro Obeid, ahora el Lalo Tibaldo, que hace los llamados, citará al comisariato a intendentes y jefes comunales para que confiesen. Pocos intendentes piensan que si se va Reutemann a ellos les irá bien porque la lapicera de Kirchner tiene cuatro años y medio más. Recuerdan que Binner, cuyo fracaso en Rosario es evidente, gozó su veranito con Obeid gobernador mandándole la plata que Menem obtuvo del Fondo de Reparación Histórica que cedió Duhalde permitiendo construir puentes, edificios hospitalarios aún inconclusos y otras obras. De la capacidad de Binner para las finanzas no sale nada y lo confiesa según se informó ayer. Si no viene plata de la provincia, el personal no tendrá aumento. Binner no puede juntar una moneda, ahora inaugura regalos suizos, como la cirugía ambulatoria.

Tenemos nuestras manías. Los memoriosos recordarán cuando en Villa Luro, Citadella hizo furor vendiendo pizza por metro que en Rosario servía La Gula en calle Balcarce. Fiel al largo, acabamos de autorizar la boleta por metro que nadie sabe si entrará en los sobres tradicionales. Otra manía es el síndrome del iraquí Mohamed Said Al Sahaf, aquel que tenía los tanques yanquis a 200 metros y declaraba que las divisiones acorazadas del invasor huían empavorecidas por el desierto donde Alá las consumiría. Ese fatuo discurso ajeno a la realidad nos fascina. Lo usamos durante la guerra de Malvinas y diariamente mostrando indicadores tipo Mohamed Said para hacernos creer que la economía mejora aceleradamente o que el Fondo Monetario Internacional aceptará nuestras condiciones. Sólo recordaré que los 200 legisladores nacionales que ovacionaron a Rodríguez Saa cuando proclamó el default son los mismos que votarán las leyes que exige el FMI incluyendo el paquete antievasión que, aclaro, deja intactos los agujeros por donde se filtran los evasores. Nos abrazamos a Brasil, cuya crisis es tal que en Río de Janeiro por dos puestos de barrenderos varios miles de postulantes casi se matan. Lavagna es un ortodoxo de la economía, pero suena lindo decir que andamos por el lado de Keynes cuando cumplimos fielmente las 5 normas de la escuela de Chicago, de Friedman: bajos salarios, superávit fiscal, libre comercio exterior, baja inflación y escasa intervención estatal. La única intervención estatal es reciente, muy seria y atinada, frenando los capitales golondrinas, que operan así: traen 10 millones de dólares, lo cambian por moneda argentina, ponen plazo fijo que rinde 7 veces más que en cualquier país desarrollado, usan el régimen de Indol para la recompra de dólares y se llevan un paquete. Tampoco tenemos que lacerarnos con la Corte Suprema y el retiro de Nazareno más el previsible de Moliné O'Connor porque en Estados Unidos pasa lo mismo, Bush quiere sacar a 3 magistrados de la Suprema Corte, Rehnquist de 78 años, Stevens de 83 y para no ser menos que nosotros Day O'Connor y pondrá 3 amigos en su lugar. Allá no es por dolarizar los depósitos sino por las viejas disputas de conservadores y liberales en temas críticos como aborto, droga, racismo, pena de muerte y el derecho de los homosexuales que acaban de ganar una batalla gigantesca en Texas. Es otra discusión, ellos no tienen a Nito Artaza ni Raúl Castells guiando el pensamiento jurídico-institucional. Para colmo ingieren hamburguesas en las grandes casas que nosotros acusamos de provocar el síndrome urémico hemolítico imputándoles 5 casos sobre 2 millones de hamburguesas vendidas en el período denunciado, ¿no suena a chantaje? Recaudadores, ingleses y norteamericanos les meterán un impuesto por vender comidas con alto contenido graso.


Los temas inevitables
Dos cuestiones no pueden esquivarse. Una: la policía. Hoy por hoy, las prioridades pasan por empleo y seguridad. Es absurdo pensar que atacando a la policía habrá más seguridad. La policía debe ser sustancialmente mejorada y la respuesta a los delincuentes no es desgajarla sino volverla eficiente porque el costo que provoca el delito es mortalmente superior a las inversiones que demanda tener buena policía. Y la otra es para la perplejidad. Copio de un gran diario: ".... esta situación de la que es responsable el gobierno se ve protestada por manifestaciones significativas; la opinión pública exige una política de concepto nacional; los contribuyentes reclaman morigerar el desenfreno financiero; los consumidores por sus necesidades mas imperiosas; la población obrera protesta por una falsa política económica...".

¿Leyó bien? Protestas, política de contenido nacional, parar la codicia recaudatoria, el desenfreno financiero, la bronca por el poder de compra ¿leyó bien? Lo extraje de un artículo de 55 líneas publicado hace exactamente 100 años. No recuerdo quien dijo: "El pasado no vuelve, permanece".

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