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 domingo, 29 de junio de 2003

Aseguró que "Rosario tiene una cultura urbana que debe reforzarse"
El urbanista Floriani rescata al centro como lugar de identificación
Dijo que la ciudad resiste una tendencia global a la dispersión

Silvina Dezorzi / La Capital

En las últimas semanas el centro de Rosario se ve animado: mucha gente por las calles y la peatonal, cada vez más presencia de artistas callejeros y un desembarco bastante evidente de nuevos vendedores ambulantes. ¿Cómo juega todo eso en la recuperación del área central?, se preguntó La Capital. El urbanista y decano de la Facultad de Arquitectura local, Héctor Floriani, intentó responder a algunas de estas cuestiones, pero sobre todo analizó qué papel "fundamental" juega el centro en las identificaciones colectivas. Para el especialista, se trata de un "patrimonio" que resiste la tendencia al vaciamiento de los centros registrada en las ciudades a nivel mundial. "Rosario tiene una cultura urbana e incluso céntrica que debería reforzarse", afirmó. ¿Cómo? Por una sabia conjunción de políticas públicas y acciones privadas.

-Hasta ahora no se cumplió la profecía de que el centro de la ciudad quedaría desplazado por la periferia. ¿Es porque los shoppings no proliferaron o juegan tradiciones socioculturales propias?

-Primero hay que preguntarse qué es el centro. Es el lugar de una ciudad donde se producen identificaciones más colectivas que en los barrios ya que es usado por una pluralidad de actores sociales, algo cercano a la totalidad de la población. A la vez es de un uso más denso, en calidad y cantidad: circula más gente y tiene una riqueza de significados más intensa. Allí se concentran funciones especializadas -administrativas, financieras, de servicios comerciales- y además es un lugar de encuentro construido a partir de esos consumos. Todo ese proceso va produciendo una estructuración física, material, que se traduce en arquitecturas cargadas de simbología. Esto también termina caracterizando el centro: fuera de él no aparecen esos edificios con algo de monumentalidad asociados al uso público, como la Bolsa, el Jockey, el Club Español, las galerías comerciales, la Aduana, los bancos o los palacios Minetti, Fuentes, Cabanellas...

-¿O sea que en Rosario no se produjo el vaciamiento tan anunciado?

-En todas las latitudes los centros sufren un riesgo de vaciamiento, de empobrecimiento de usos y significados. Es un fenómeno global que sobre todo impactó en Estados Unidos, pero también se da con menor intensidad en Europa, cuyos centros son más fuertes, tienen una resistencia mayor. Ese vaciamiento tiene que ver con cuestiones de neta matriz norteamericana: el desarrollo de la cultura del automóvil y su difusión masiva (el centro aparece más asociado a una cultura del peatón o del transporte público), hábitos de consumo, el avance de la telefonía celular, una cultura de centros comerciales suburbanos y una merma del interés por vivir en áreas centrales, a favor de la residencia suburbana.

-Pero esos fenómenos no son muy evidentes en Rosario...

-En términos relativos hubo un crecimiento significativo de la residencia suburbana de clase media alta, sobre todo hacia el corredor oeste y algo hacia la costa del río. Esto abre un horizonte de ocupación territorial, aunque no con la envergadura de Buenos Aires. Rosario acompaña la tendencia global pero con mucha menos intensidad.

-¿Por qué?

-Porque acá, como en otras ciudades argentinas, esos patrones de matriz norteamericana carecen de tradición. La vida suburbana no cobró tanto desarrollo. Rosario tiene una cultura urbana, incluso céntrica, muy fuerte que pese a cierto debilitamiento sigue siendo gravitante. Por eso, desde una perspectiva urbanística normativa, habría que trabajar en esa dirección. La historia urbana de Rosario nos da un punto de partida interesante: antes de terminar de rifarlo hay que hacer pie en ello, incluso con políticas que atiendan a su escala metropolitana.

-Los vendedores ambulantes, los artistas callejeros, toda esa fuerte presencia informal, ¿conspira contra la recuperación del centro o lo dinamiza?

-Yo distinguiría entre esos actores socioculturales. Las bandas, los solistas, las estatuas vivientes, los bailarines de tango, contribuyen a dinamizar, amenizan el centro, aunque no está mal que Cultura municipal lo regule. Debe haber cierto control, aun en términos de calidad, porque si la mayoría de los espectáculos fueran bochornosos terminarían produciendo un efecto negativo. Pero en la venta ambulante es más complicado porque los comerciantes instalados, que tributan, se quejan de la competencia desleal. Y hay que atenderlos. Quizás se pueda hacer una segunda distinción entre los vendedores ambulantes: si venden o no productos artesanales, por qué no tienen locales, habría que estudiarlo.

-¿Qué asignaturas pendientes ve en aquellas esferas donde podría intervenir el Estado para recuperar el centro?

-Los argentinos somos disociados: tenemos una tendencia histórica a la anarquía y después exigimos al Estado que sea eficiente como en la socialdemocracia sueca. Pero la contracara de ese Estado sueco, noruego, suizo, es un ciudadano totalmente responsable que se hace cargo de su cuota de control. No tiene la concepción de "no seas buchón", como si señalar el delito fuera ponerse del lado del represor. Y eso se ve en términos de seguridad, del uso de la calle, de los residuos. Por eso creo que las asignaturas pendientes se podrían saldar entre el sector público y el sector privado.

-¿Con qué acciones?

-El sector público, reforzando los controles. El poder de policía se debilitó muchísimo en los últimos tiempos. No termino de entender por qué, pero es un aflojamiento peligroso para la convivencia. Hay que revertir ese deterioro en la capacidad de control sobre la venta informal, la obra particular, los obradores eternos, los permisos de edificación y demolición. Pero también los actores privados, apoyados por el sector público, deberían involucrarse en acciones compartidas, lo que en el centro cuesta muchísimo. ¿Por qué no se puede concebir a la peatonal Córdoba como un eje unitario en términos de coordinación de mobiliario, de horarios, de seguridad, de cartelería, de animación cultural?

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"El poder de policía se debilitó", dijo Floriani.

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