Santa Fe. - Con una misa de cuerpo presente, presidida por el arzobispo José María Arancedo, se concretó ayer el traslado de los restos del padre Edgardo Juan Trucco a la basílica de Guadalupe, de la que fuera su titular durante cuatro décadas, al cumplirse el primer aniversario de su deceso. Trucco fue uno de los sacerdotes más cercanos al desaparecido arzobispo Vicente Zazpe, y su tarea pastoral se relaciona íntimamente con la de aquel en que buscaba "hablar con la voz de quienes no tienen voz" y que resultara fundamental durante el oscuro período de la última dictadura militar. Tras la muerte de Zazpe, el padre Trucco se desempeñó algunos meses como administrador apostólico pero luego volvió a la basílica de Guadalupe, en la que desarrolló una pastoral de profundo contenido social, diferente a la que aplicaba el arzobispo Edgardo Storni, con quien mantuvo por años fuertes controversias. La ceremonia de ayer de alguna manera reivindicó la figura de Trucco, de una considerable gravitación en la ciudad y en particular en el barrio Guadalupe, donde desplegó una amplia obra. Los restos de Trucco fueron trasladados desde una casa de servicios fúnebres hasta la basílica, en cuyo atrio fueron depositados en forma permanente, cumpliéndose así con la voluntad del sacerdote. En la ocasión se celebró una misa de cuerpo presente presidida por Arancedo, mientras el arzobispo emérito Moisés Blanchoud destacando la vida y obra del sacerdote fallecido. Numeroso público acudió para testimoniar su afecto a Trucco y su labor en Guadalupe entre 1957 y el año pasado, cuando murió a los 73 años de edad. Los vecinos expresaron que él se encontraba comprometido con el Evangelio y por eso estuvo al servicio de pobres, ancianos, enfermos y niños. También Trucco tuvo un público compromiso social evidenciado en sus escritos y declaraciones. El Grupo de Trabajo Guadalupe Estratégico adhirió con un mensaje donde se destaca que "el Padre tuvo la generosidad de escuchar a todo aquel que fuera en busca de su consuelo; fue quien desinteresadamente brindó su vida por nuestro barrio, a tal punto que dejó la impronta en la cooperativa Setúbal, la asamblea barrial y el futuro centro de salud. Queremos reivindicar a quien nunca pidió certificado de creyente, ni acta de practicante. "Puso en práctica aquello de que el hombre vale por ser hombre o mujer y no por su creencia, su ideología o su condición económica. Apostó a la educación, a tal punto que creó una escuela. Tal vez allí fue donde se produjo el primer encontronazo con el tristemente célebre arzobispo, ya que proponía una escuela mixta, que no entraba en los cálculos de quien los prefería separados por sexo. Fue una vida de entrega en la que no pidió recompensa ni reconocimiento, sino simplemente puso en práctica lo que sinceramente creía", termina el comunicado.
|  La Iglesia cumplió la última voluntad del sacerdote. |  | Ampliar Foto |  |  |
|
|