Los beneficios de la autosuficiencia

El afán perfeccionista de Lito Vitale y su obsesión por la pureza del sonido se vislumbraron en la puesta en escena del show que ofreció la semana pasada en Rosario. Ni él ni los instrumentistas que lo acompañaron tuvieron los bafles de retorno con los que habitualmente cuentan en escena. Emulando la práctica en los estudios de grabación, los músicos fueron dotados de auriculares e incluso el baterista tocó escudado tras un biombo de acrílico. Vitale demostró que, mientras toca en dos teclados, puede hacer los bajos con el pie izquierdo y seguir atentamente la operación del sonido del grupo, operación compleja que debe armonizar el trabajo de cada músico. El público, habituado a su notable capacidad operativa, se acostumbró a que Vitale cumpla él solo y con soltura el trabajo de tres o cuatro artistas.