Marcelo Minichetti / La Capital
El Lito Vitale Quinteto debutó en Rosario al frente de su nueva formación instrumental. Acompañado por Ernesto Snajer (guitarra), Diego Clemente (aerófonos), Guido Martínez (bajo), Pipi Piazzolla (batería) y Martín González (percusión), como músico invitado, el tecladista ratificó su gran jerarquía, aunque no ofreció novedades. Vitale, como muchos artistas talentosos, es prisionero de sus grandes virtudes. De él siempre se espera algo diferente y mejor. Sin embargo, en esta nueva etapa de su carrera, luego de la disolución del dúo que formó por años con Juan Carlos Baglietto, el único cambio notable de su propuesta radica en la formación con la que sube al escenario. La presentación del CD "Un sólo destino" mostró al músico omnipresente, tocando un piano con el mismo registro que utilizaba con el célebre trío que formó junto a Lucho González y Bernardo Baraj, operando el sonido y dirigiendo a sus excelentes compañeros de escena. El quinteto formado por seis músicos (con Martín González como percusionista invitado) sonó como un relojito suizo. El concierto se abrió con el alegórico "El regreso" y continuó con "Antes de la razón" y "Cuentos de la abuelita" y capturó la atención del escaso aunque incondicional público que acompañó el debut del grupo. Vitale volvió a mostrarse como un arquitecto que construye estructuras musicales complejas, que crecen poco a poco asentadas sobre los sólidos cimientos que cimentan la excelente base de Pipi Piazzolla, desde una batería ajustada y exacta, y el virtuoso bajo de Diego Martínez. Las obras del compositor siempre tienden a la monumentalidad y sus crescendos dibujan espacios grandiosos con detalles pintados por los sutiles pianísimos a los que recurre el músico. Las melodías se mudan de instrumento en instrumento y son transportadas, con diversos timbres, hasta su destino final. Con un eficiente aerofonista (Diego Clemente) que le ahorra a Vitale un trabajo más, y un excelente guitarrista como Ernesto Snajer, el líder del grupo se interna por los territorios del candombe y una música que se sugiere porteña desde un bandoneón sampleado. El folclore argentino se presentó con una versión de "La telesita", precedida por un complejo solo de guitarra que pintó el incendio donde Telésfora Castillo perdió la razón, y luego el teclado de Vitale mostró las sincopadas evoluciones de la mujer que baila constantemente en su desvarío. El show incluyó milongas y candombes y un final coronado por dos bises que incluyeron el inevitable tema "Ese amigo del alma".
|  Lito Vitale y sus músicos mostraron el perfil de siempre. |  | Ampliar Foto |  |  |
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