Bagdad. - En el marco de la mayor operación militar en Irak desde que finalizó oficialmente la guerra, tropas estadounidenses mataron ayer a 27 iraquíes que tendieron una emboscada a una patrulla de tanques. Con estas muertes las bajas iraquíes en las últimas 48 horas ascendieron a 97, en los más sangrientos enfrentamientos desde que el presidente George W. Bush declaró el fin de la guerra.
El ejército estadounidense lanzó dos grandes operaciones al oeste y norte de Bagdad esta semana contra lo que dice son fuerzas leales al derrocado presidente Saddam Hussein, responsabilizadas de una ola de ataques contra las tropas de ocupación en un área controlada por la rama sunnita del Islam.
Un comunicado militar expresó que un grupo organizado de combatientes había lanzado granadas contra una patrulla de tanques de la cuarta división de infantería en Balad, a unos 90 kilómetros de la capital. "Los tanques respondieron al fuego matando a cuatro de los atacantes, y obligando al resto a huir", expresó el comunicado. "Tanques y vehículos de combate Bradley reforzados con helicópteros Apache AH-64 persiguieron al enemigo, matando a 23 de los atacantes". No se informó de víctimas estadounidenses en el choque.
Unos 4.000 efectivos rastrillaron una zona alrededor del río Tigris, al noreste de Balad desde el lunes -en la llamada Operación Ataque Península- que el ejército definió como la mayor que había lanzado en las pasadas seis semanas. En el otro gran asalto, lanzado en la madrugada del jueves, al menos 70 personas murieron en un campamento de entrenamiento "terrorista" en el noroeste de Irak, comentó ayer un portavoz militar estadounidense.
La 101 división aerotransportada y unidades de operaciones especiales estuvieron implicadas en el enfrentamiento que comenzó con un ataque aéreo sobre el campamento, a 150 kilómetros al noroeste de Bagdad. Un soldado estadounidense resultó herido en la operación que aún no concluyó. El vocero confirmó que un helicóptero estadounidense Apache había sido derribado durante la operación el jueves, y su tripulación fue rescatada ilesa.
Otros dos helicópteros Apache se involucraron en enfrentamientos con fuerzas irregulares iraquíes. Fue el primer derribo de un helicóptero estadounidense desde la caída de Bagdad, el 9 de abril.
Misiles, granadas y rifles
La declaración del ejército estadounidense expresó que entre 70 y 80 misiles SAM-7 tierra aire, de 75 a 78 granadas propulsadas por cohetes y varios fusiles de asalto AK-47 habían sido encontrados en el campo de entrenamiento. Las autoridades estadounidenses no han revelado otros detalles del campamento, aunque un funcionario dijo que el ejército creía que algunos de los que estaban allí no eran iraquíes. Voluntarios árabes de varios países combatieron con las fuerzas iraquíes durante la guerra lanzada el 20 de marzo.
Unos 40 soldados estadounidenses murieron en ataques y emboscadas en Irak desde principios de mayo. En Londres, un grupo de investigación anglo-estadounidense dijo que estudios de posguerra y registros de hospitales y de morgues indicaron que más de 5.000 civiles murieron en el reciente conflicto.
Las últimas cifras del Registro de Cadáveres Iraquí -en un sondeo de 15 proyectos de cifras de muertes durante la guerra, que incluye desde medios de prensa hasta investigadores independientes dentro y fuera de Irak- colocó el mínimo de civiles muertos en 5.534, y el máximo en 7.204. (Reuters, DPA y AFP)