Año CXXXVI
 Nº 49.872
Rosario,
sábado  14 de
junio de 2003
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Funcionaba sin autorización
La Justicia procesó al titular de una universidad privada rosarina por estafa
Los estudiantes pagaban las cuotas y estudiaban, pero cuando terminaban la carrera no tenían título habilitante

La Justicia procesó al titular de la Universidad Argentina General José de San Martín (Usam), Teodoro Agripini Amici, por abrir en 1991 un centro de estudios sin autorización del Ministerio de Educación de la Nación y mantenerlo en funcionamiento en forma irregular durante 5 años. Para el juez de Instrucción, Carlos Carbone, Amici "llevó con su conducta a la incertidumbre a numerosos alumnos, ocasionándoles un perjuicio económico", según dice el fallo, lo que le valió la imputación del delito de estafa.
Todo comenzó en el 96, cuando dos alumnos de las carreras de Kinesiología y Fisiatría que se dictaban en la Usam advirtieron una catarata de irregularidades en torno a la institución.
Pero fue el Ministerio de Educación de la Nación el que denunció la situación ante la Justicia, y tras la declaración de varías víctimas de esta presunta maniobra de estafa, las actuaciones pasaron al Juzgado de Instrucción Nº9, a cargo de Carbone.
Tras desarrollarse la etapa de investigación el magistrado dispuso el procesamiento de Amici, por considerarlo inmerso en el presunto delito de estafa.
En concreto, dos alumnos de la carrera de Kinesiología y Fisiatría denunciaron que la Usam no tenía autorización para otorgar títulos por parte del Ministerio de Educación de la Nación. Por ende, no estaba facultado para cobrar cuota, ni inscripción, ni arancel.
La casa de estudios funcionaba desde el 91 dictando cursos de kinesiología y fisiatría, educación física y psicopedagogía, con una matrícula mensual de 150 pesos por estudiante.
Desde su puesta en marcha, hasta las denuncias del año 1996, por la Usam pasaron unos 900 alumnos, y un alto porcentaje de estudiantes finalizó sus estudios pero careció del título habilitante para ejercer.
Durante el 95 y 96 los alumnos realizaron reuniones con Amici, donde recién allí reconoció que la universidad no otorgaba título habilitante.
Es que la Usam carecía siquiera de autorización provisoria y sólo tenía la solicitud de la habilitación cursada ante el Ministerio de Educación, el 17 de mayo del 91.
El 18 de noviembre del 96, la Comisión de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) encomendó a Educación no conceder la autorización provisoria de la Usam, pero Amici negó la situación y siguió la inscripción en todas las carreras hasta el año 97.
El 27 de noviembre del 96, la Coneau dispuso el cierre de la entidad que funcionaba en Pellegrini 1548.
Ante este panorama, muchos de los alumnos damnificados terminaron la carrera en la Universidad Abierta Interamericana (UAI). En la resolución judicial se cita a tres víctimas de la presunta maniobra. En todos los casos debieron pagar entre 240 a 250 pesos de matrícula en la UAI y una demora de hasta un año y 8 meses hasta conseguir el ansiado título habilitante.


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