 |  | Dos gremialistas resisten a trompadas un asalto y detienen a los ladrones El secretario de los panaderos, Hugo Ortolán, y su hijo se trabaron en lucha con dos delincuentes
 | Los dos muchachos que ayer a la mañana llegaron al sindicato de trabajadores panaderos para cometer un atraco nunca imaginaron que se enfrentarían con la resistencia del secretario general de esa entidad gremial y de su hijo. Cuando ya se habían apoderado de las pertenencias de las cinco personas que estaban en ese momento en el local se enfrentaron en una pelea cuerpo a cuerpo con dos víctimas del asalto y terminaron en el piso hasta que una patrulla policial los condujo a una comisaría. Según indicó el comisario principal Angel Llorens, titular de la seccional 1ª, cerca de las 10.30 de ayer, dos muchachos llegaron a la planta alta de la Asociación de Trabajadores Panaderos de Rosario, situado en una vieja casa de San Juan 436, simulando ser dos afiliados de la entidad sindical. "Pidieron una orden de consulta para el Sanatorio Laprida", explicó el oficial consultado. Sin embargo, no demoraron en mostrar sus verdaderas intenciones. Enseguida encañonaron con revólveres al hombre que los atendió, Ricardo Ernesto Ortolán, de 39 años, y a su hijo, Daniel, de 19. Cuando ya les habían exigido a sus víctimas el dinero de la caja llegó al local el secretario general del sindicato, Hugo Ortolán, de 62. Cuando el dirigente gremial subía las escaleras acompañado por dos personas, su hijo lo alertó del atraco, pero Ortolán continuó caminando y enseguida corrió la misma suerte que las personas que estaban en ese momento en el sindicato. Los cinco hombres fueron obligados a tirarse al suelo y desde esa posición vieron cómo los maleantes les quitaban los relojes y los anillos. Pero los ladrones no estaban conformes y comenzaron a forzar cajones y escritorios. "Se pusieron los revólveres en la cintura para «trabajar» con más comodidad", dijo la fuente. Los delincuentes parecían convencidos de tener la situación controlada ya que uno de ellos se apoderó de la campera de una de las víctimas y se la probó. Esos segundos de distracción fueron aprovechados por Hugo y Ricardo Ortolán, que comenzaron a forcejear con los ladrones, uno de los cuales hizo varios disparos, sin consecuencias. Un vecino alertó luego a la comisaría 1ª, y cuando los uniformados entraron al local, los maleantes ya habían sido reducidos por los Ortolán. Estaban en el suelo, "con las caras ensangrentadas", y los policías sólo tuvieron que detenerlos. Los delincuentes resultaron ser Bernardino Ricardo Aguirre, de 22 años, y Matías Rodrigo Delfino, de 18, quienes tenían un revólver calibre 22 y otro de calibre 32.
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