El mecánico Miguel Adrián Ramírez, acusado de asesinar de un disparo en la frente a su compañera Jesica García en la madrugada del martes, se declaró inocente ante la policía y será indagado hoy por la jueza Raquel Cosgaya. Mientras tanto se esperan los resultados de los exámenes de laboratorio efectuados sobre unas toallas que la policía secuestró en la vivienda del sospechoso con manchas de sangre. La pericia determinará si esos rastros pertenecen a la víctima frente a la hipótesis que manejan los investigadores acerca de que el crimen se produjo dentro de esa casa. "Salvo por el problema de que no aparece el arma, para nosotros Ramírez está más que comprometido. En el relato que brindó los horarios no coinciden, y él dice desconocer la hora en que su mujer salió de la casa para ver al médico. Además a cada pregunta puntual respondía «no me acuerdo»", comentó una fuente policial encargada de investigar el caso. Para la policía no quedan dudas de que Ramírez ejecutó a su concubina. Las toallas con manchas de sangre, las respuestas esquivas del acusado, un vecino suyo que dijo haber escuchado un disparo la noche del crimen y una sugestiva marca de bala en una abertura, son los elementos que esgrimen los investigadores como para poner toda la atención en el hombre. "Nos falta sólo el arma", agregaron. Mientras tanto, el mecánico se declaró inocente y probablemente hoy vuelva a decir lo mismo ante la jueza, aunque también está la posibilidad de que se ampare en el derecho constitucional de abstenerse de declarar. Ramírez ya había sido acusado por la muerte otra mujer (ver aparte). El cadáver de García, de 23 años, apareció el martes a la mañana cuando un grupo de vecinos de San Martín al 6900 lo descubrió tirado boca arriba en un descampado. Tenía un disparo de calibre 9 milímetros entre las cejas.
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