Ciudad de Gaza. - La ola de violencia, con decenas de muertos entre ambos bandos, se acrecentó ayer en Medio Oriente a través de un atentado suicida contra un autobús en pleno centro comercial de Jerusalén y ataques selectivos israelíes contra la organización Hamas. Dieciséis israelíes murieron, además del atacante, y unos ochenta resultaron heridos luego de que un extremista palestino se volara por los aires dentro de un autobús de línea, en la Jaffa Street, la principal arteria comercial de Jerusalén. Izel Din al Qassam, el brazo armado de Hamas, se responsabilizó por el hecho. El ómnibus, que iba repleto de gente, "quedó literalmente partido por la fuerza de la explosión", señalaron testigos, que indicaron asimismo que el atacante estaba vestido como un judío ortodoxo.
La reacción israelí no se hizo esperar: poco después, el vehículo en el que viajaba el líder de Izel Din al Qassam, Titi Massud, fue impactado por cuatro misiles lanzados desde helicópteros Apache israelíes, en una nueva operación de ataque mortal selectivo. El ataque tuvo lugar en el barrio densamente poblado de Sheyaya, Gaza, con lo cual causó la muerte de ocho palestinos. Además de Massud, murieron otra persona que viajaba en el vehículo y seis transeúntes.
Horas más tarde, Israel lanzó un segundo ataque con misiles en Gaza, matando a al menos dos palestinos.
La situación comenzó a deteriorarse el martes con un fallido intento de asesinato selectivo contra el portavoz oficial de Hamas, Abdel Aziz Rantisi. En su lugar, murieron tres personas -entre ellas una mujer y su hija de diez años- y unas treinta resultaron heridas. Hamas anunció venganza. Los extremistas palestinos necesitaron tan sólo 24 horas desde el fallido ataque contra Rantisi para hacer realidad su promesa de golpear con toda la fuerza al "enemigo sionista". Hamas dijo ayer que envió al atacante suicida, disfrazado como un judío ortodoxo, para que llevara a cabo el acto de venganza.
Guerra al terrorismo
Desde la oposición y en todos los periódicos israelíes arreciaron las críticas, ya que el intento de asesinato se enmarcaba en los esfuerzos por reanudar el estancado proceso de paz, tras la histórica visita a la región del presidente de EEUU, George W. Bush. "Nuestra política sigue siendo la misma. El ejército continuará actuando en todas partes contra el terrorismo", respondió ayer el primer ministro israelí, Ariel Sharon. En consonancia, Rantisi señaló que el ataque suicida "sólo es una reacción natural a los crímenes de Sharon" y anunció nuevos atentados.
Bush, quien el martes se había mostrado "muy inquieto" por la situación, condenó en los "términos más enérgicos posibles" el ataque suicida. "Está claro que hay gente en Medio Oriente que odia la paz. Es gente que quiere matar para asegurarse que los deseos de Israel de vivir en una paz segura no se vuelvan realidad, que mata para asegurarse que los deseos del primer ministro de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas y de otros de un Estado pacífico viviendo lado a lado con Israel no se vuelva realidad", afirmó.
Asimismo, instó "fuertemente a la gente del mundo que quiere ver la paz en Medio Oriente a luchar contra el terror, a cortar el dinero a las organizaciones como Hamas, a aislar a aquellos que odian tanto que están dispuestos a matar para evitar que la paz avance".
Para el presidente de la ANP, Yasser Arafat, "la región está viviendo actualmente una escalada sin precedentes". Por ello, instó a todas las facciones palestinas a prescindir de todo ataque y agresión contra israelíes. Mientras Sharon se disponía anoche a reunirse con miembros de su gabinete para analizar los próximos pasos a seguir, Arafat llamaba a Bush a presionar a Israel hacia la implementación del nuevo plan internacional de paz.
La violencia amenaza "con destruir todos los esfuerzos hacia una reactivación del proceso de paz", agregó el líder palestino, al remarcar su condena tanto al atentado suicida como al asesinato selectivo. (DPA y Reuters)