 |  | En campaña Binner no le deja ninguna obra a Rosario
 | Carlos Carranza (*)
El intendente Hermes Binner sostuvo desde la residencia porteña de Elisa Carrió que "Santa Fe está sin gobierno". Pretende, junto a Aníbal Ibarra, reeditar la vieja Alianza que gobernó la Argentina entre 1999 y 2001, esta vez para disputar el gobierno de Santa Fe. Como ex aliancista, otrora simpatizante de De la Rúa, es lógico que intente ocultar el dislate de su prolongada gestión en Rosario agraviando al gobierno santafesino, que soportó con austeridad y eficiencia (sin emitir bonos basura, pagando los sueldos y sin endeudar al Estado) la peor crisis económica de la historia, justamente provocada por la irresponsabilidad y el desgobierno de la coalición política que él y su partido integraran. Rosario se merece un intendente más eficaz y más sincero que Binner. Ninguna de las obras que hoy enaltecen a esta ciudad es producto de su gestión. Ni el puente a Victoria, ni el dragado del Paraná, ni las autopistas de la ciudad, ni ninguna de las obras futuras y de envergadura. En ocho años no pudo resolver ninguno de los problemas básicos de la ciudad. ¿Quién puede ocuparse por el estado de los caminos secundarios y terciarios de la provincia cuando tiene una ciudad bombardeada de baches, sin apertura de calles, sin planificación en los barrios y con sus principales arterias averiadas o destruidas? ¿Qué hizo en la Circunvalación?, ¿acaso rellenó algún bache? ¿Quién puede criticar a la gestión provincial cuando la basura está literalmente tapando a Rosario, y que ya no sabe donde depositarla porque no le quedan ciudades vecinas donde hacerlo? ¿Qué hizo con los fondos del BID para el desarrollo del área metropolitana? ¿Puede decir Binner que los puertos están cerrados, cuando el gobierno provincial normalizó el de Rosario y toda la zona sur posee el área portuaria más importante del país? Binner debe resolver el problema de la basura, que se procesa a cielo abierto, como hace más de un siglo, ya que no incorporó ninguna de las técnicas de reciclado y evacuación de residuos que hoy tienen las principales poblaciones de la provincia y el país. Tiene que finalizar la obra del Heca, que es el blooper más caro y aparatoso que un intendente haya hecho, ya que, en una maniobra de propaganda política, inauguró la iluminación y el vidriado; hacer hacer funcionar al Cema, que está prácticamente desocupado y sin prestar servicios desde 1999, y reformular el transporte público de pasajeros, que desde hace ocho años viene anunciando. No se trata de ver la paja en el ojo ajeno, sino la viga en el propio. La única provocación que puede aceptarse es la evidencia incontrastable de las obras, la transparencia administrativa y la eficiencia en la resolución cotidiana de los problemas de la gente, y esos no son atributos que pueda mostrar Binner. Lo único que puede mostrar es el aumento de personal, que triplicó entre amigos y parientes en la municipalidad, pero no puede debatir sobre un gobierno que dio muestras de comprender e incluir a todos por igual en un proyecto integrador, que apuesta a la cohesión social y que mejoró los niveles de desarrollo, aumentando las capacidades productivas y mantenido los más altos índices de empleo, aun durante la catástrofe, la crisis y la recesión. (*) Ministro de Gobierno
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