Año CXXXVI
 Nº 49.870
Rosario,
jueves  12 de
junio de 2003
Min 9º
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Reflexiones
Mario Vallone, el debate que impidieron

Evaristo Monti

Caperucita Roja es una creación de Perrault en 1660 que termina como debe terminar, es decir, el lobo se la come. De allí, el autor desgrana reflexiones morales pero como era muy cruel, vinieron los hermanos Grimm 160 años después y demagógicamente le cambiaron el final. Abrieron la panza del lobo y Caperucita espléndida y sin traumas, volvió a triscar por el bosque. A Jonás con la ballena le pasó lo mismo, son devorados pero se liberan. El incenescente cuento de Caperucita aplicado a la política sólo admite la primera versión, cuando el lobo se devora a un político la resurrección es imposible. El jueves 5 de junio se intentó en el Concejo Municipal un debate político para que nos digamos públicamente los entripados que no pocos mascullan por los pasillos, por ejemplo, el nacimiento de alguna asociación de intereses que llaman "el club de los traidores".
Primera reflexión: los cuerpos colegiados, esto es, concejos deliberantes, cámaras de diputados o senadores provinciales y nacionales reflejan a la luz pública la verdad y la mentira de la política porque en los otros dos poderes las operaciones se hacen sin debate. La exposición natural del cuerpo colegiado a mostrar como la Luna una de sus caras, provoca según salta a la vista su desprestigio, como decía Salvador Dalí de otra franja: "Denuncian públicamente sus propias limitaciones". Algunos, para que no se note, se callan y forman la habitual "patota del silencio". Nadie produjo contra la incorporación de Sandra Cabrera y Mario Vallone los discursos que yo pronuncié. Algunos amiguitos los han hecho imprimir para refutarme. Pero los hechos surgidos en esta representación política que integro llamada Concejo Municipal de Rosario hacen necesario un debate profundo que en nombre del artículo 6 del reglamento interno impidieron 20 concejales malogrando la sesión. En verdad, el que la malogró fue el presidente, Rafael Ielpi, cuya devoción por las normas no lo estimuló aún a cumplir el artículo 138 que manda pagar una multa del 10% de la retribución total, en forma inmediata, por retirarse sin permiso. Y tiene que hacerlo el mismo presidente (art. 139). Comprendo, justifico y exculpo a los 8 miembros del bloque Partido Socialista porque saben que Vallone si entra se suma a la oposición poniéndola en el recinto 21 a 19 y muchas veces 22 a 18 y aún 23 a 17. Lo que hizo Liberati y su gente es lógico. Lo mismo vale para los tres ediles
-Gerosa, Javkin y Rosa- que riñen como Afrodita, Atenea y Hera por la manzana de oro que arrojó Eris, la diosa de la discordia, que vendría a ser Lilita Carrió convertida en gerenta de relaciones públicas de Binner. Comprendo a quienes inventaron a Vallone, obligados a negarlo. El debate que impidió Rafael Ielpi con su abandono del sitial que por cierto no honró el jueves 5 de junio, debe darse. Admito y lo he dicho como ninguno que Vallone es malo.
Sostenemos a José Bonacci, apoderado de la maniobra del ARI trucho, que ubicó a su esposa a la cabeza de un sublema contiguo al de Sandra Cabrera. Ingresó como concejal con 5 sublemas del PJ para decirnos ahora que es mentira, no es del PJ sino del Modín y fue candidato a vicepresidente de la Nación por esa agrupación en una confesa operación para ver si pueden cobrar el dinero que el Estado nacional paga a los partidos. Bonacci estuvo en los dos bloques del peronismo y resultó ser del Modín. Vallone vino como Sandra con un ARI que no es legítimo. ¿Cuál es la diferencia si Bonacci hizo todas las gestiones electorales para que Vallone prosperara, dijo ser del PJ y hoy confiesa que es del Modín? El cuerpo decidió avanzar en contra de Bonacci por una cuestión de privilegio planteada por el concejal Rossi pero el presidente lo comunicó con 10 días de atraso a la comisión respectiva. Ielpi, notable autor de Vida Cotidiana en Rosario, parece tenerle miedo a un mini-clan que funciona en el Concejo Municipal. Vallone se benefició de una simulación ¿y Bonacci, su gestor que simuló, debe quedar en su banca? No obstante el drástico pronunciamiento del Tribunal Municipal de Cuentas según dictamen 160 se ha protegido a la concejala Gloria Sotelo, deudora crónica de la Municipalidad y contratante con ella de un espacio público. La ley 2756 artículo 25 impide ser concejales a quienes incurren en esas causales pero da la sensación de que la han convertido en rehén, supuestamente. ¿Sotelo puede juzgar algún diploma? Si, como apeló una fiscal, tendríamos un edil procesado por habernos ocultado lo que sabía sobre la situación del cesanteado Bonino ¿cuál es la pureza de principios que exacerba a los intocables comendadores de la Merced? Juegan a la Caperucita Roja trucha, la que se comió el lobo y extrajeron rozagante de su panza. Los que no deben estar en sus bancas están, ¿con qué derecho le decimos que no a Vallone? Siendo abominable lo del ARI trucho ¿cómo mantener al que lo armó y representó? Renuncia toda la lista de Vallone y vendría con su diploma la esposa de Bonacci, quien repudia el ingreso de Vallone sumando con aliados vergonzantes al sector de los concejales que honestamente persisten en oponerse. Este esclarecimiento propiciamos pero Ielpi lo impidió quizás presionado por sedicentes apretadores.


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