Santa Fe. - Miles de santafesinos damnificados por el desastre hídrico que arrasó parte de esta capital aguardan con ansiedad la entrega de la ayuda básica no reintegrable anunciada por el gobierno provincial. El ministro de Hacienda y Finanzas, Miguel Asencio, precisó que el aporte orientado a reponer muebles y otros elementos de unas 15.000 viviendas afectadas alcanzará a los 100 millones de pesos y aclaró que de ninguna manera obliga a los beneficiarios a renunciar a ningún derecho. La entrega de los 1.200 pesos destinados a cada familia alcanzada por la tragedia se iniciaría la próxima semana y fue requerida con urgencia por el gobernador Carlos Reutemann a sus colaboradores ante la creciente tensión social que se venía advirtiendo en los últimos días entre la población que debió abandonar sus viviendas por la crecida del río Salado. Al mismo tiempo, en la Casa Gris se supo que para la semana próxima podría concretarse la visita del presidente Néstor Kirchner, quien por dos veces consecutivas, a raíz de distintas complicaciones en la salud del gobernador debió postergar su viaje. Un par de semanas atrás el presidente envió a la capital provincial a gran parte de su gabinete ministerial para realizar un relevamiento de la situación provocada por el fenómeno hídrico, tras lo cual se anunciaron una serie de medidas de ayuda para la población involucrada. La distribución de la asistencia representará un operativo de enorme complejidad, ya que existen miles de beneficiarios cuyas viviendas han desaparecido, viven en calles que no existen o están en asentamientos irregulares. El decreto correspondiente para su realización ayer se estaba terminado de confeccionar entre las áreas jurídicas del Poder Ejecutivo, como consecuencia de los vericuetos legales que se deben resolver y en cuyo texto se determina que el destino básico de los fondos es la recuperación de las condiciones de habitabilidad a partir de los elementos muebles, de menaje y equipamiento suficiente para que un ciudadano pueda disponer de una mesa digna para comer y de un dormitorio para descansar, según explicó Asencio. Por su parte, el secretario general de la Gobernación, Ricardo Spinozzi, negó que los 1.200 pesos que se entregarán a los inundados sea un resarcimiento y precisó que el monto será otorgado por unidad habitacional, para que sus habitantes traten de rescatar lo elemental y les permita contar con sillas, mesas, camas, y recuperar las condiciones dignas de habitabilidad. De acuerdo a lo manifestado por el ministro Asencio, se está esperando el depósito de los fondos correspondiente al préstamo solicitado en los primeros días de mayo al Banco Mundial y que la Nación salde a la provincia los montos que le adeuda y que había comenzado a girar el gobierno de Eduardo Duhalde. "Por el momento se están efectuando reasignaciones presupuestarias de las partidas que en principio estaban afectadas a otros usos. El esfuerzo de la administración provincial está puesto en utilizar ahorros y excedentes disponibles hasta que llegue a la provincia otro tipo de ayuda", detalló el titular de Hacienda. Mientras tanto, continúa el intenso trabajo de empadronar a la población damnificada, datos que serán utilizados por el Ejecutivo para distribuir la ayuda económica prometida. Los encuestadores que ayer se encontraban trabajando en los distintos barrios, que fueron previamente capacitados por el Instituto de Estadísticas de la provincia, recordaron que para el caso de que los habitantes no se encuentren en el momento en que se presente el encuestador deberán concurrir a la escuela de la vecinal con la documentación respectiva.
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