Año CXXXVI
 Nº 49.863
Rosario,
jueves  05 de
junio de 2003
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Se vivió una jornada de tensión en el Zona Norte
Un grupo de empleados pidió explicaciones a la directora del centro de salud. Hubo acusaciones cruzadas

Un grupo de empleados del Hospital de Niños Zona Norte (avenida de los Trabajadores 1331) mostró ayer indignación con el representante de la comunidad en ese efector provincial, Dardo Olea, quien denunció el robo de sábanas, teléfonos y hasta un quirófano completo. La directora del hospital, Ana Marquevich, admitió que existen presiones por parte del gremio y también dio cuenta de la desaparición de elementos de trabajo, pero los dirigentes sindicales se defendieron. En el centro de salud hubo gritos, insultos y acusaciones cruzadas entre el grupo de empleados y Olea.
La delegada de la Unión del Personal Civil de Nación (UPCN) en el centro asistencial, Nilda Ruiz, no hizo esperar su respuesta y aseguró que al quirófano "se lo robaron hace 13 años" y también reclamó que, "si hay robos en el hospital, la dirección debe investigar los casos porque ese hombre (por Olea) dice estupideces".
La mujer admitió que "faltan algunas cosas", pero aclaró: "No es algo exagerado, es como pasa en cualquier lugar, pero además nadie sabe quién es el responsable de esas desapariciones".
Lo cierto es que un grupo de empleados y dirigentes gremiales se apostó en la puerta de la oficina de la directora para pedir explicaciones acerca de la denuncia que Olea realizó en la edición de ayer de La Capital.
En ese momento, Marquevich admitió que "existen presiones cuando se trata de cubrir vacantes o sancionar a un empleado", pero aseguró que "no hay una administración paralela que esté en manos del gremio porque si fuera así tendría que agarrar mis cosas y después retirarme".
Pero la directora también aseguró que "se trata de un hospital que tiene más de cien mil consultas anuales, que fue creciendo, que jamás se ha endeudado, que tiene los índices de ausentismo de personal más bajos de la provincia y que no le faltan insumos. Es un buen hospital y eso hay que decirlo".
La funcionaria dejó en claro que en adelante "el diálogo será el instrumento que se va a utilizar tanto con el gremio como con el resto de los sectores del hospital, porque el objetivo es que este sea un centro de salud comunitario, que sea de la gente y que la comunidad se sienta incluida".
Mientras tanto, el representante de la comunidad en el consejo de administración del hospital se enfrentó ayer al grupo de trabajadores y ratificó las declaraciones realizadas a La Capital.
"Si el gremio no existiera, la salud pública mejoraría automáticamente más de un 30 por ciento", aseguró Olea.
Y más aún, Olea aseguró que "son malos empleados y ponen palos en la rueda, cuando para trabajar en la salud pública hay que tener vocación. Acá sólo se les pide que cumplan con su función, porque para eso la gente les paga el sueldo, pero cada vez que se les pide que trabajen la cosa se complica".


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