Año CXXXVI
 Nº 49.863
Rosario,
jueves  05 de
junio de 2003
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Hillary relata en un libro cómo sufrió el caso Lewinsky
Clinton le confesó el affaire luego de negarlo durante meses. Ella dice: "Quise retorcerle el pescuezo"

María Luisa Azpiazu

Washington. - De repente, es como si no hubiera pasado el tiempo: las mentiras de Bill Clinton sobre su idilio con Mónica Lewinsky y la furia contenida de su esposa vuelven a ser noticia ante la inminente publicación del último libro de Hillary.
"Living History", "Viviendo la Historia" según una traducción literal y no necesariamente exacta del título de las memorias de los años de Hillary Clinton en la Casa Blanca (1993-2001), es en buena medida "la historia de mi vida, es lo que yo pienso", declaró la autora en el Senado. "Living History" tiene 576 páginas y saldrá a la venta el lunes, aunque ya está en el segundo puesto de la lista de los libros más vendidos en la librería de Internet Amazon.com. La tirada inicial es de un millón de ejemplares, un número excepcional para un libro de memorias, pero se estima que la cifra final de ventas multiplicará varias veces esa cifra. El libro vale 28 dólares. La senadora recibirá 8 millones de dólares por sus confesiones. Su esposo, además, recibió por adelantado 10 millones de dólares por sus propias memorias, que se prevé sean publicadas el año próximo.
Bill Clinton fue sometido en 1998 a un proceso de destitución por la Cámara de Representantes liderada por los republicanos, luego de haber dado testimonio sobre el escándalo. A comienzos de 1999 el Senado lo absolvió. Pese a la ofensiva republicana y a su humillante confesión pública, la popularidad de Clinton se mantuvo intacta a lo largo de todo el proceso.
El libro de la senadora por Nueva York tiene el morbo de recoger los primeros comentarios de Hillary sobre los sentimientos que se le agolparon cuando, en agosto de 1998 y tras siete meses de negación, su marido le confesó que el asunto de Mónica Lewinsky era real.
"Me quedé sin respiración. No podía tomar aliento, pero empecé a gritar y a aullarle «¿Qué querés decir?, ¿Qué estás diciendo?, ¿Por qué me mentiste?» Estaba furiosa y mi furia crecía por momentos. El, simplemente, decía una y otra vez «Lo siento, lo siento. Estaba tratando de protegerlas a vos y a Chelsea (la hija de ambos)»", recuerda Hillary.
Eso, según los fragmentos del libro que Simon and Shuster publicará el 9 de junio y que ayer se filtraron a la prensa en EEUU, fue justo el día antes de que el presidente Clinton, acorralado, se viera en el brete de testificar ante un Gran Jurado. Hasta entonces y desde el 21 de enero de 1998, día en el que estalló el escándalo, Hillary estaba convencida de que todo era "una gran conspiración de extrema derecha" para desacreditar la exitosa presidencia de Bill.
Ella se había creído la versión de su esposo, quien, aquel 21 de enero, sentado en la cama matrimonial y ante la evidencia de lo escrito en la primera página del Washington Post, le aseguró que todo era mentira. Que había conocido a Mónica cuando ella, becaria en la Casa Blanca, había solicitado ayuda para encontrar un trabajo.
Entre una conversación y otra, se produjo el goteo de detalles íntimos que, gracias a la traición de Linda Tripp, la prensa pudo ir desgranando sin mayor esfuerzo, en medio de un debate nacional sobre lo que eran y dejaban de ser "relaciones sexuales".
Pero en agosto, unas cuantas horas antes de que el presidente testificara ante el Gran Jurado, Bill -asegura Hillary- "me dijo por primera vez que la situación era mucho más seria de lo que él había admitido hasta entonces". Hillary reconoce que, "como esposa, quise retorcerle el pescuezo", y evoca los días inmediatamente posteriores a este episodio como los más amargos de su vida.
Hillary afirma que "Buddy", el perro, era el único de la familia capaz de hacer compañía a Bill. "Aquellos fueron días de gran tristeza, decepción y enfado. Fundamentalmente, no hablaba con Bill y cuando lo hacía, era con bronca", escribe Hillary que asegura que su marido dormía en el piso de abajo y ella en el de arriba. (EFE)



Los Clinton en 1999, antes de que Hillary sepa la verdad.
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