Año CXXXVI
 Nº 49.863
Rosario,
jueves  05 de
junio de 2003
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El Pentágono admitió que el petróleo fue la causa de la guerra
Tony Blair, por su parte, anunció que el Parlamento investigará los informes de su gobierno sobre el conflicto

Berlín/Londres. - El subsecretario de Defensa estadounidenses Paul Wolfowitz reconoció abiertamente que el petróleo fue el principal motivo de la operación militar en Irak, según los diarios alemanes Der Tagesspiegel y Die Welt que publicaron declaraciones realizadas por el funcionario el fin de semana. Wolfowitz hizo esta afirmación ante los delegados que asistían en Singapur a la cumbre de seguridad de Asia.
La semana pasada, el propio Wolfowitz admitió ante la revista Vanity Fair que las armas de destrucción masiva, presentadas en su momento como la causa principal para la guerra, no fueron sino una excusa "burocrática" con la que se pretendía conseguir apoyos para la operación militar. Durante la cumbre de Singapur, Wolfowitz respondió así cuando se lo consultó sobre el por qué se dio un tratamiento distinto al tema de las armas de destrucción masiva iraquí en relación con el del armamento nuclear de Corea del Norte.
"Por razones burocráticas, nos pusimos de acuerdo sobre un punto, el de las armas de destrucción masiva, porque era la única razón en la que todo el mundo estaba de acuerdo", afirmó Wolfowitz en la entrevista que apareció en la edición de junio de la revista.

Blair, complicado
En tanto, en el frente más complicado de los aliados que fueron a la guerra, el primer ministro británico Tony Blair anunció que el Parlamento investigará los informes de su gobierno sobre las supuestas armas de exterminio de Irak, mientras el Pentágono desmentía haber manipulado información para justificar la guerra. Las investigaciones sobre la supuesta manipulación parecían ser más riesgosas para Blair que para el presidente estadounidense George W. Bush, los dos principales responsables políticos de la invasión que derrocó al presidente iraquí Saddam Hussein.
La decisión del Parlamento británico de iniciar una investigación seguía a iniciativas parecidas en el Congreso estadounidense, mientras aumentaba la desconfianza internacional ante la justificación oficial de la guerra. Blair, acusado de haber presionado a los agentes británicos de inteligencia para que brindaran un informe "más sexy" sobre los programas de armas de Irak, se comprometió a cooperar con el Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento.

Una investigación anunciada
"En lugar de estudiar acusaciones de fuentes anónimas, acusaciones que son completamente falsas, si la gente tiene evidencias debe presentarlas al comité", pidió ayer Blair. Su anuncio de la investigación no logró calmar a los escépticos, muchos de ellos dentro de su propio Partido Laborista, mientras los legisladores seguían presionándolo para que dijera dónde están las supuestas armas de exterminio que habría tenido Irak y exigían una investigación independiente.
Pero una propuesta formal para realizar una investigación independiente fue derrotada por 301 votos contra 203 en el Parlamento ampliamente dominado por el oficialismo. Blair arriesgó su puesto al desafiar a la opinión pública de Gran Bretaña y enviar tropas a la guerra, pero la caída de Saddam Hussein pareció dar un impulso a su popularidad.
Sin embargo, el no haber encontrado hasta ahora las supuestas armas químicas, biológicas o nucleares, que fue la justificación de Estados Unidos y Gran Bretaña para lanzar la invasión, volvió a echar por tierra la popularidad de Blair. El ya extendido sentimiento de que hubo cierto cinismo en los motivos de Estados Unidos y Gran Bretaña para lanzar una guerra contra Irak aumentó por una información de la BBC, que citó a una fuente de inteligencia según la cual la oficina de Blair hizo un reporte más "sexy" al añadir que Irak podía utilizar sus armas en tan sólo 45 minutos.
El acalorado debate tomó impulso ayer cuando un ministro del gabinete, John Reid, sugirió que había "elementos rojos" dentro del servicio de seguridad que están buscando socavar las bases del gobierno británico. Una fuente de seguridad confió que para presentar el expediente "hubo que seleccionar algunas informaciones sobre otras". No obstante, aclaró que todo se hizo en base a los datos que se tenían en ese momento.
El Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento, que vigila a los servicios de inteligencia británicos, está cerrado al público y reporta directamente a Blair. En Washington, un funcionario de alto rango del Pentágono, el subsecretario de Políticas de Defensa, Douglas Feith, desmintió en una conferencia de prensa "los rumores que están comenzando a adquirir proporción de leyenda". El gobierno de Estados Unidos habló de las supuestas armas de exterminio que habría tenido Irak para justificar la invasión de ese país. Feith negó que el Pentágono hubiera presionado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) o a cualquier otra oficina de investigaciones de Estados Unidos para que dijeran que tenían evidencias de que Irak poseía armas de exterminio y programas para fabricar ese tipo de armas. (Reuters, AFP y DPA)



El frente interno de Tony Blair se recalienta.
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