"No dejes la habitación desordenada, bañate, comé bien, cuidá los modales, saludá, no vuelvas a casa a cualquier hora, estudiá, sé educado...", son algunas de las habituales expresiones de los padres de adolescentes. Para el doctor Adalberto Palazzi, pediatra y terapeuta familiar, es en esta etapa cuando es preciso que los adultos le pongan límites a los jóvenes, porque facilitan la convivencia, el ejercicio de los derechos y las responsabilidades. Si bien la adolescencia es una etapa de replanteos donde el joven requiere mayor atención, Palazzi enfatizó que la educación de los hijos "comienza desde la concepción".
El adolescente busca afianzar su personalidad y manifiesta su rebeldía ante lo que dicen los adultos. Frente a esto, el profesional considera necesario que los padres sostengan los límites con firmeza. "Deben ser claros y coherentes con las pautas establecidas, sostenidas a través de los ejemplos", dijo.
Construcción diaria
Según Palazzi la educación de los hijos es compleja, ardua, fascinante y requiere una construcción diaria. "Lleva tiempo, con un ejercicio constante de comunicación, incluye alegrías y frustraciones".
Sobre el particular, ofreció unos consejos para padres: \* Ser franco y observar.
* Enseñar con el ejemplo, que los padres actúen en coherencia con sus ideas.
* Antes de plantearle algo al joven, que haya una pequeña charla entre los padres para que se pongan de acuerdo en lo que quieren decirle, para evitar el doble discurso.
* Mantener el sentido del humor.
* Aprender a apreciar a los hijos, festejar su individualidad evitando comparaciones.
* Hacerle saber que se lo quiere, expresándolo con palabras.
* Ser justo y rápido al reprenderlo por un comportamiento inaceptable.
* Evitar pedir siempre ser incluido en las actividades del adolescente, estando predispuesto a hacerlo cuando se es invitado.
Para el doctor Palazzi el proceso de aprendizaje implica una preparación para los cambios, que ayuda a los hijos adolescentes a experimentar las oscilaciones necesarias en la continuidad de la vida e independizarse más fácilmente. "En nuestra vida todo tiene límite, y establecerlos requiere respeto, pero con la certeza que ayudan a madurar, a lograr un futuro mejor. Afecto y disciplina se complementan, permite conocer los propios límites, y comprender los límites de los demás", dijo finalmente.