Luis Castro / La Capital
La frustración cosechada en Bahía Blanca generó nuevas broncas. O, mejor dicho, las multiplicó. Por eso ayer era el día para hacer catarsis y sacar conclusiones. Las horas transcurridas a la derrota frente a Olimpo fueron suficientes y necesarias para obtener respuestas, que en realidad son casi idénticas a las aparecidas después de cada traspié y que apuntan a la "irregularidad", el principal enemigo a desterrar, que manifestó Newell's en lo que va del torneo.
En la vuelta al trabajo lo primero que hizo Héctor Veira fue reunir al plantel en una de las canchas del predio, bien lejos de oídos extraños, para charlar sobre lo sucedido en tierras bahienses. "Fue un diálogo muy sincero y directo para hablar de la irregularidad, que es la realidad de este equipo", contó el Bambino después del primer entrenamiento semanal sin hacer demasiado hincapié en los temas tratados en esa decena de minutos que estuvo a solas con sus dirigidos, pero sí desechando algunos rumores que ponían en duda su continuidad.
Si bien el entrenador se muestra con la mejor cara ante los periodistas, la sensación que transmite es que está fastidioso por el funcionamiento de su equipo. Sabe que por momentos despliega un juego intrascendente que le impide alcanzar los triunfos que le permita sumar en la tabla. "Los jugadores tienen la suerte de que aún están cerca de la clasificación para la Sudamericana. De una vez por todas deben demostrar de que quieren ser protagonistas de una copa internacional. En eso se basó la charla", resaltó a modo de súplica.
En etapas anteriores y con campañas mediocres como la presente las dudas comenzaban a hacerse presentes y aparecían las dudas sobre la continuidad del técnico de turno. Sobre todo haciendo hincapié en la inexperiencia. Pero en la actualidad ya no hay excusas por ese lado. Más allá de este punto a favor con el que cuenta, el Bambino opta por dejar de lado todo eso y sólo opinar que "nos preparamos para entrar a la Copa. Aún estamos a tiempo de conseguir esa meta".
Y cuando se le insiste sobre si la continuidad está garantizada, Veira se sorprende y responde con un tajante "sí, nosotros trabajamos sin problemas". "Yo digo que fue una mala tarde y de esto no hay que hacer ningún drama. Sólo hay que mejorar", agrega despejando todo tipo de fantasma que pueda deambular por el Parque. Es que en realidad a esta altura el mayor problema no pasa por el entrenador sino por los jugadores (tienen los sueldos al día), que aún no responden a las expectativas generadas en cada arranque de torneo.
Todos los esfuerzos de acá al final estarán abocados a conseguir el ingreso a la Sudamericana. Después se pensará en el futuro, en los recambios que obligatoriamente deberán llegar. "Hay que hablarlo con Eduardo (López), para ver cómo está económicamente Newell's. Y si no observar los chicos de las inferiores. Eso hay que hablarlo muy tranquilo para no equivocarnos".
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La Ciudad
