Un violento atraco a punta de pistola perpetrado el 8 de mayo en el barrio de Pichincha podría constituirse en el punto de partida para identificar a una banda, o por lo menos a uno de sus integrantes, que desde hace meses se dedica a robar relojes Rolex en la vía pública. La víctima de ese episodio identificó a uno de los asaltantes y la policía ya está tras sus pasos, según admitieron ayer voceros judiciales y de la propia fuerza policial. Se trataría de un presidiario evadido del penal de Coronda que, según las fuentes, tendría antecedentes por robo a mano armada e incluso habría purgado una condena por ese delito.
El robo donde surgió la pista ocurrió en Ovidio Lagos entre Güemes y Brown, y se ejecutó con los mismos patrones que se repiten en unos 35 casos similares ocurridos entre julio de 2002 y los últimos días de mayo de este año. En este caso, como en todos los demás, los delincuentes se movilizaban en una moto, actuaron a cara descubierta y utilizaron una pistola, posiblemente 9 o 45 milímetros, para amenazar a la víctima y arrebatarle el reloj a un hombre que estaba a bordo de su auto.
El caso no está incluido entre los atracos de características idénticas detectados por la Oficina Judicial de Causas con Imputados no Individualizados, y cuyo patrón este diario divulgó ayer en detalle. Esos hechos, que incluyen asaltos contra un camarista de la justicia provincial, una jueza federal, un publicista y varios empresarios, motivó la intervención del fiscal de Cámaras José María Peña, quien ahora impulsa una investigación para tratar de identificar a los autores.
Datos valiosos
Pero la llave para avanzar en ese sentido la habría aportado el hombre asaltado el 8 de mayo en jurisdicción de la comisaría 7ª. Ese día, a las 17.15, un sujeto que conducía una moto se le acercó mientras esperaba a bordo de su auto a mitad de cuadra y preguntó simplemente dónde quedaba la calle Güemes. Había avanzado hasta él de contramano y desapareció ni bien el conductor del auto lo orientó cómo encontrar la calle que supuestamente buscaba, y que estaba apenas a media cuadra.
Pero unos minutos después reapareció otro sujeto y lo amenazó con un arma. El asaltante quiso arrancarle el Rolex de la muñeca y también la billetera, pero la víctima lo calmó y se lo entregó sin ofrecer resistencia. Antes de que el ladrón corriera hacia una moto que esperaba en la esquina, ocupada por el mismo sujeto que había preguntado por la calle Güemes, pidió que le dejara los documentos. "Te los tiro en la esquina", respondió entonces el asaltante, aunque jamás cumplió su promesa.
El hombre hizo la denuncia y presentó una testigo. Una semana después lo citaron y le mostraron un álbum fotográfico de delincuentes con antecedentes. Vio decenas de fotos hasta que identificó al muchacho que lo había abordado segundos antes del robo, el mismo que creyó ver a bordo de la moto cuando ya lo estaban asaltando. La víctima contó ayer a La Capital que la policía no se sorprendió cuando señaló al sujeto. "Lo esperábamos", dice que le comentaron.
Pero ese no fue el único caso que ocurrió en jurisdicción de Pichincha. Dos días más tarde, en Iriondo al 400, fueron tres hombres sobre una motocicleta los que abordaron a una mujer que bajaba de su auto para sacarle a punta de pistola el Rolex que le daba la hora. Al denunciar el hecho, la víctima coincidió con los rasgos que del maleante apuntó el primer hombre asaltado, aunque no lo reconoció fotográficamente, \
"Cuestión de tiempo"
Así las cosas, el 17 de mayo personal de la comisaría 7ª realizó dos allanamientos en la zona sureste de la ciudad, en cercanías de la Ciudad Universitaria, aunque no pudo dar con el presunto ladrón. "Sabemos quién es y dónde se puede esconder, sólo es cuestión de tiempo", argumentó ayer un vocero policial que dijo que el hombre buscado "no volvió a la cárcel de Coronda, donde purga una condena, tras recibir una autorización de salida transitoria".
Más allá del fracaso en ese operativo, es claramente el avance más significativo en el intento por identificar a los integrantes de una supuesta banda dedicada al robo y la venta de relojes Rolex. Hasta esa pesquisa la policía no había investigado sistemáticamente estos episodios, que parecían aislados pero parecen inequívocamente cometidos por los mismos delincuentes, y el tema ni siquiera parecía estar en la agenda de organismos policiales con una misión específica como la Brigada de Investigaciones.
El hombre al que asaltaron el 8 de mayo describió al ladrón que lo abordó con un arma como un sujeto "morocho, corpulento y de pelo corto", que actuó con cierto grado de profesionalismo y mucha sangre fría, sobre todo a la hora de empuñar el arma y apoyarla contra el cuerpo de la víctima a la altura de la clavícula. Es el mismo patrón que describieron las víctimas de los 35 casos conocidos en los últimos meses. Para los investigadores judiciales del tema, es un claro indicio de que en la mayoría de los casos los ladrones son los mismos.