Un centenar de adultos habita en forma permanente en las calles de la ciudad. Así lo reveló la coordinadora del Programa de Asistencia e Intervención Directa de la Secretaría de Promoción Social, Susana Bonavía, quien recordó que la dependencia llegó a relevar un total de 500 mayores viviendo esporádicamente en la vía pública. Algunos de ellos tienen la oportunidad de alojarse en el albergue nocturno para personas indigentes creado partir de un convenio entre el municipio y el Ejército de Salvación. Allí reciben un plato de comida caliente, un lugar donde asearse y un techo bajo el cual refugiarse para pasar la noche.
¿Qué deben hacer los rosarinos que encuentran a un hombre o a una mujer viviendo en una plaza, en la vereda o en cualquier otra parte de la vía pública? "Tienen que llamar al 103, que es el teléfono gratuito de Defensa Civil", explicó el secretario de Promoción Social, Miguel Zamarini.
Los empleados de Defensa Civil serán los encargados de comunicarse con los operadores de calle de Promoción Social y ellos se acercan hasta el lugar para conversar con la persona que vive en la calle. Si ella presenta algún problema de salud, inmediatamente se convocará a una ambulancia del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) y luego se la derivará a un hospital público. En caso de que el indigente goce de buena salud, se le propondrá que se dirija al centro de estadía nocturna denominado "El Oasis", ubicado en Güemes al 2700.
En el 2001, la Municipalidad firmó un convenio con el Ejército de Salvación. Según lo establecido en este acuerdo, la Secretaría de Promoción Social realiza un seguimiento de los casos sociales y la organización no gubernamental brinda el lugar para alojar a los carenciados y les brinda asistencia y cuidado durante las noches.
El Oasis -como lo denominó el Ejército de Salvación- funciona desde las 19.30 hasta las 7.30, según confirmó Bonavía. La funcionaria apuntó que las personas que ingresan a este albergue no deben estar alcoholizadas, deben bañarse y cenar en el lugar.
Una tarea compleja
Lograr convencer a las personas que viven en situación de calle que modifiquen esta conducta es una tarea nada sencilla. Cada caso presenta particularidades y refiere a una historia diferente a todas las demás.
Bonavía comentó que fueron detectados más de 500 adultos que viven en la vía pública, pero de ese total, sólo un centenar lo hace en forma permanente y recorre distintos puntos de la ciudad.
Muchas de estas personas de escasos recursos que están durmiendo en las veredas o en las plazas, no son de Rosario y están aquí en forma transitoria. En esos casos, los operadores de calle, con un trabajo progresivo, logran convencerlos de que retornen a sus ciudades de origen. La Municipalidad les paga el pasaje para que regresen a sus pagos y se reinserten en sus comunidades.
Pero a veces, por más esfuerzos que hagan los trabajadores de Promoción Social, no logran evitar que sigan viviendo en la calle.
Mayoría masculina
La mayoría de las personas que duermen en la vía pública son hombres y sus edades son muy variadas. Bonavía indicó que hay casos de jóvenes de 20 años y también hay un hombre de 89 años que ahora está internado en un geriátrico y que goza de buena salud.
Muchos de los que viven en las calles presentan problemas psiquiátricos y también es frecuente encontrar casos de alcoholismo.
Si bien cada historia es diferente, en muchos casos se advierte que antes sufrieron un quiebre en el plano laboral y otros debieron afrontar un serio problema de tipo amoroso \Según tiene registrada la Municipalidad, son pocas las mujeres que deambulan por las calles, apenas 5 ó 6.
Tanto hombres como mujeres suelen tener un impulso que no les permite permanecer en un lugar fijo y desafiar las reglas establecidas.
Promoción Social viene trabajando con estos casos desde hace siete años. Si bien no es una tarea sencilla, en algunas oportunidades los operadores lograron, junto con todo el equipo que trabaja en este programa, reinsertar a las personas en sus respectivas familias o darles cobijo en instituciones.
Hoy por hoy, y con la aparición de los primeros fríos, la cuestión es saber qué hacer y a dónde recurrir para que quienes no tienen un techo puedan dormir en una cama digna, contar con un plato de comida y disfrutar de una ducha caliente.
La Ciudad
