Lo que dejó la fecha: Un fin de semana auriazul

Alejandro Cachari / Ovación

Para Central el fin de semana comenzó a tomar forma ideal el sábado por la noche cuando Oscar Sequeira pitó el final del partido ante Independiente en el Gigante de Arroyito.
Allí, inmediatamente, pasaron a mejor vida las rachas sin goles y sin victorias en casa que atribulaban al plantel de Russo porque no terminaba nunca de despegar de los dos últimos puestos de la onerosa tabla de los promedios.
Pero ayer se produjo el gran salto. Arsenal derrotó a Unión en Santa Fe y Nueva Chicago a Talleres en Mataderos. Los canallas estiraron a 5 la diferencia con los cordobeses y a 7 la distancia de los tatengues. Contando a Huracán como a uno de los que seguramente perderá la categoría, la pulseada por el fondo parece resuelta en favor de los auriazules. Como si eso no fuera suficiente, el Globo le obsequió una inesperada victoria sobre Banfield, pero allí la cosa es distinta.
Es que el mano a mano con Arsenal, Olimpo, el Taladro y Nueva Chicago es desigual. Estos equipos dependen de si mismos. Si ganan lo que tienen en juego, a Central le costará muchísimo alcanzarlos porque el sistema de división los beneficia. Pero los perjudica si pierden.
Por lo que ahora, los choques en Mataderos (16ª fecha) y en el sur bonaerense (18ª jornada) se transforman en vitales para bajar al rival que les falta a los canallas para quedarse definitivamente en primera sin trámites ulteriores. Esto es, sin necesidad de disputar la permanencia.
A propósito de favores propios y ajenos, de ninguna manera podría decirse que Newell's evitó favorecer a los auriazules tras la derrota en Bahía Blanca. El equipo del Bambino más bien volvió a comprometer un presente soso, insípido, sin matices... Y con Rosales afuera de la cancha. Ya hace unas cuantas fechas que Newell's navega por las pesadas aguas de la intrascendencia a pesar de que los objetivos eran muy diferentes cuando se realizó la pretemporada en Mar del Plata.
En la otra punta de las sensaciones, el superclásico volvió a dejarle una sonrisa a los xeneizes y una mueca a los millonarios. La realidad también indica que la carcajada le correspondió a Vélez que quedó a noventa minutos de toda la punta. Y no dejó pasar la oportunidad en La Plata.
River lo tenía todo, estaba a punto de borrar con un triunfo en la Bombonera la eliminación de la Libertadores, pero no pudo ser. Boca vino desde abajo, emparejó la diferencia de dos goles en contra y puso al ciclo que comanda el chileno Pellegrini al borde de la cornisa.

Central logró su objetivo y ayer le dieron una mano.