Madrid.- Dos agentes del cuerpo nacional de policía murieron ayer y un tercero resultó gravemente herido tras la explosión de una bomba en Sangüesa (Navarra, norte de España), en un incidente que las autoridades atribuyeron al grupo separatista vasco ETA. Aunque al principio se pensó que la detonación había sido causada por un coche bomba, luego se confirmó que los explosivos fueron colocados debajo de la furgoneta en la que se movilizaban los agentes. La bomba lapa, de cinco kilos de explosivos, estalló poco después de que los agentes pusieron en funcionamiento el vehículo.
El gobierno español responsabilizó del hecho a la organización armada vasca ETA. "El atentado se ha producido contra unos policías nacionales que estaban en Sangüesa renovando los carnets de identidad a la población de esa ciudad navarra y los asesinos por lo visto han puesto una bomba en el coche", dijo el presidente del gobierno de Navarra, Miguel Sanz.
El policía gravemente herido tuvo que ser operado y le fueron amputadas ambas piernas. Sangüesa se encuentra unos 40 kilómetros al sudeste de Pamplona. También resultaron heridas cinco personas que pasaban por el lugar, una de ellas de gravedad.
El ministro portavoz del gobierno, Mariano Rajoy, atribuyó el atentado al grupo ETA (Patria Vasca y Libertad) y expresó el dolor y el pesar del Ejecutivo a las familias y allegados de las víctimas. "ETA ha vuelto a cometer un atentado brutal. ETA ha vuelto a asesinar", dijo Rajoy al principio de la rueda de prensa del Consejo de Ministros. Al conocer la noticia, el presidente del gobierno español, José María Aznar, suspendió un viaje a San Petersburgo, donde tenía previsto participar en las celebraciones del 300º aniversario de la ciudad junto a unos 40 líderes mundiales.
La explosión se produce tras las elecciones municipales del pasado domingo, las primeras a las que no pudo concurrir el proscrito partido radical vasco Batasuna después de que el Tribunal Supremo estimó probada su vinculación con ETA. Rajoy manifestó la "firme voluntad" del gobierno de "seguir luchando dentro de la ley con todos los instrumentos a nuestro alcance contra la banda terrorista y contra todo el entorno que le apoya". Más de 800 personas han en ataques de la ETA desde que el grupo lanzó en 1968 su campaña por un Estado vasco independiente en el norte de España.
Arsenal desaparecido
Por otro lado, se sospecha que ETA puede estar asimismo detrás del robo de 300 pistolas automáticas del tipo Walter que fueron sustraídas del camión en el que estaban siendo trasladadas a España desde la ciudad alemana de Stuttgart. El robo se conoció pocas horas después del atentado. Según informó la policía en Madrid, se sospecha que alguien vinculado a la organización separatista vasca se apoderó de las armas durante la noche, mientras el camión hacía un alto en un área de servicio de una carretera del sudoeste de Francia.
Las fuerzas de seguridad estiman que el atentado es una reacción a la prohibición del partido vasco Batasuna, considerado brazo político de ETA, y a la exclusión por orden de la Justicia de las listas herederas de los separatistas radicales en los comicios del domingo pasado. Hace dos semanas ETA había amenazado con atentados a causa de estas medidas y rechazó las especulaciones acerca de una posible tregua.
Los terroristas usaron el tiempo en que los policías trabajaban en la Casa de Cultura para colocar la bomba lapa en el furgón estacionado en la plaza de Santo Domingo. Pese a la presencia de gente en el lugar, nadie se percató del hecho. Este tipo de artefactos están conectados a las ruedas con un mecanismo de detonación, de modo que estallan cuando el vehículo arranca.
Numerosos partidos y agrupaciones condenaron el atentado. El secretario general del opositor Partido Socialista Obrero Español (Psoe), José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que hay que "luchar con todas nuestras fuerzas" para acabar con la violencia. (DPA y Reuters)
La Ciudad
