Año CXXXVI
 Nº 49.858
Rosario,
sábado  31 de
mayo de 2003
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Putin, el reconciliador de la cumbre de San Petersburgo

San Petersburgo, Rusia. - Líderes mundiales se reunieron ayer en San Petersburgo, decididos a que el espíritu festivo de las celebraciones por el 300 aniversario de la vieja capital zarista de Rusia despeje la cargada atmósfera que dejó la guerra en Irak. Protagonistas del agrio debate sobre la invasión liderada por EEUU, como los líderes de Francia, Alemania y Gran Bretaña, llegaron para tres días de fastuosas celebraciones por el aniversario de la ciudad natal de Putin. El presidente estadounidense, George W. Bush, llegará hoy.
Putin, quien será el zar de la celebración mostrando el esplendor de una ciudad restaurada con 1.500 millones de dólares, recibió efusivamente a los huéspedes. Tras meses de disputas en torno a Irak, que llevaron a una profunda división entre los líderes mundiales, el mandatario ruso diseñó el jubileo de su ciudad natal como una cumbre de la pacificación. Es el primer reencuentro entre quienes lideraron la guerra y quienes se opusieron a la misma.
Tanto Bush como su aliado más cercano en la guerra en Irak, el primer ministro británico, Tony Blair, indicaron que deseaban que la reunión fuera el inicio de un nuevo acercamientos tras las divisiones por el conflicto en el país árabe. Bush, quien sostendrá un encuentro por separado con Putin el domingo, adoptó un tono conciliador antes de partir hacia Europa, al decir que no habría confrontación con Francia y otros países como Rusia, que se opusieron a la guerra, aunque señaló que todavía había frustración en su país por la conducta francesa.
Blair, en declaraciones en Polonia, exhortó a Europa a superar sus diferencias con EEUU y trabajar juntos para liberar al mundo del terrorismo y las armas de exterminio. El Canciller alemán, Gerhard Schroeder, y el presidente francés, Jacques Chirac, se unirán a Blair y otros líderes en un brindis con champán al pie de la estatua del zar Pedro el Grande, fundador de la ciudad. Miles de policías fuertemente armados estaban alerta ante posibles amenazas contra los dignatarios mundiales. (DPA)



Los mandatarios admiran los frescos de la catedral.
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