Médicos del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba están reconstituyendo la piel de un pequeño de dos años que en enero pasado sufrió quemaduras de tercer grado con alquitrán, las que afectaron más del 80 por ciento de su cuerpo. Se trata de "una experiencia inédita en Argentina, más por la magnitud de las quemaduras -que son muy profundas, de tercer grado- que por el porcentaje, que también es alto, ya que se quemó el 86 por ciento del cuerpo", dijo ayer José Luis Navarro, jefe del grupo de profesionales que atiende al pequeño.
Destacó que el chico, Emiliano Cisana, ha perdido la piel en prácticamente todo el cuerpo, y que "éste es un caso único en el país". Aclaró que "hasta ahora estamos manejando todo bien, pero todavía no está fuera de peligro, porque nos falta cubrir algunas áreas para evitar cualquier tipo de infección".
Emiliano sufrió un accidente al explotar una caldera en la localidad de General Baldisera, 307 kilómetros al sudeste de la ciudad de Córdoba, y casi todo su cuerpo quedó cubierto por brea caliente. El hecho se produjo el pasado 22 de enero, en la calle 9 de Julio al 10, en circunstancias en que personal municipal se encontraba reparando una calzada con asfalto calentado -a unos 180 grados- en una caldera móvil que explotó.
Navarro precisó que el proceso de reconstrucción de la piel de Emiliano "se realiza en múltiples fases, en primera instancia utilizamos piel cadavérica para cubrirlo. La pequeña cantidad de piel que tenía la hemos utilizado en distintos sectores del cuerpo".
"Le dimos prioridad a la cara -destacó- y posteriormente pasamos a otras áreas del cuerpo, cuando las zonas permitían una nueva toma de piel", explicó.
El especialista destacó que es "imposible utilizar piel de otras personas o de otra especie, ya que tiene que ser la misma piel. No existe ninguna otra posibilidad que no sea la misma del paciente y es por eso el grado de dificultad que tiene este chico, no existe más piel que la de él para poderlo cubrir".
Carrera contra el tiempo
En cuanto a las perspectivas, Navarro indicó que éstas "están más que nada relacionadas con el tiempo y con la aparición o no de infecciones. Veinticuatro horas que pasan es un punto más a favor del niño y 24 horas sin infección es otro punto más".
"De esta forma -añadió- las áreas en las que uno toma piel tienen tiempo de recuperarse y nos permiten hacer unas pequeñas tomas nuevas y seguir cubriendo las áreas que faltan. Es una carrera contra el tiempo. Es lento, pero es al fin una carrera contra el tiempo".
Navarro indicó que también "hemos tomado piel del padre, pero éstas se hacen para realizar coberturas transitorias, ya que no persiste mucho en el tiempo. Se la utiliza durante diez o quince días, y después se las retira". Aclaró que esto "nos permite volver a tomar la piel de Emiliano que se haya recuperado, pero como tiene tan poquita piel, los tiempos de recuperación son mayores y no es infinita la cantidad que uno pueda tomar".
"Por eso, las pocas veces que podemos hacerlo, es en cantidades muy pequeñas y la distribuimos todo lo que podemos. Por eso es tan lento todo el proceso", dijo Navarro.
Emiliano ya fue trasladado de terapia intensiva al sector de cuidados intermedios pero aún no está fuera de peligro, señaló el médico. Sin embargo, consideró que "si las cosas continúan marchando, el proceso podría terminar en unos 45 días más". (Télam)