Los partidos de oposición en Santa Fe dieron un paso significativo: con la idea de capitalizar las experiencias aliancistas del pasado ("sobre todo los errores"), ayer se reunieron institucionalmente en la capital provincial las conducciones orgánicas del radicalismo y el socialismo. Un encuentro del que sus participantes salieron declarando un "optimismo más que aceptable" porque, como nunca, consideran que "hay un ambiente propicio" para un entendimiento superador "a lo ya conocido".
Aunque las formas están todavía en borradores, la trascendencia de la reunión de la que participaron los radicales Santiago Mascheroni, Juan Carlos Altare y Alfonso Beltrán, de la mesa de conducción de la UCR, y Eduardo Di Pollina, Alfredo Cecchi y Juan Carlos Zabalza, de la junta provincial socialista, se dio por la ratificación de la voluntad de avanzar hacia la conformación de un frente en común "que irá más allá de lo electoral".
Una expresión que se vio fortalecida por otra decisión: extender las conversaciones en ese sentido a otros partidos como el PDP y el ARI, aunque la conformación final de la coalición podría no quedar ceñida sólo a esos ámbitos.
Los actores del encuentro no pasaron por alto la última enmienda que el oficialismo introdujo en la ley de lemas, la que, pese a ser objetada por el procurador de la Corte Suprema, todavía está vigente. Dicha reforma condiciona el armado de alianzas a la presentación de una única lista de candidatos o a la pérdida de identidad partidaria de los integrantes. Una cuestión difícil de resolver para la oposición.
La clave
Sin embargo, cuentan con una herramienta hasta ahora casi desconocida para la inmensa mayoría de los votantes, pero que pronto podría ganar una referenciación pública significativa si finalmente se inclinan a usarla, o no cae la enmienda cuestionada en la Justicia.
Se trata de la Confederación Encuentro Progresista, un espacio reconocido legalmente que permitirá albergar en su seno diferentes sublemas que, a su vez, podrían mantener la identidad partidaria de cada uno de los componentes de la coalición.
"Comenzamos a dialogar institucionalmente. Ese es quizás el paso significativo, porque se sabe que a este tipo de reuniones se llega tras muchos contactos informales. Es cierto, todos estamos hablando con todos, y parece ser que a todos nos mueve la misma idea", resumieron a La Capital.
Altare prefirió hablar de un "ambiente propicio para hacer una coalición". Pareció referirse a la confluencia de todos los sectores internos del radicalismo que el jueves pasado, en una reunión convocada al efecto, acordaron que la mesa de conducción iniciara formalmente el camino exploratorio que se acaba de inaugurar.
Altare es uno de los que admitió su "optimismo aceptable" en relación al éxito que tendrá un acuerdo multipartidario por el manifiesto "interés por un camino en común" que están evidenciando los actores.
Aunque todavía nadie quiere arriesgar nada más sobre el resultado, quedó claro que la exposición a una charla institucional entre radicales y socialistas importa partir de una base suficientemente decisiva.
"Esta cuestión de juntarnos es un presión que viene de abajo. No es algo que cayó del cielo", afirmó Altare, quien, al abundar en las razones de la aproximación formal, dijo que "hace años tenemos coincidencias y venimos compartiendo lugares comunes".
La idea de no quedarse de brazos cruzados viendo cómo el justicialismo volvía "a alterar las reglas de juego para coser el saco a su medida" se viene macerando desde el momento mismo en que, actuando de modo coordinado en uno de esos espacios comunes aludidos por Altare, la oposición no pudo impedir que el PJ les pusiera un cepo al margen de maniobra que tenían para aliarse.
Las conversaciones informales vienen desde entonces, aunque ya está en marcha una nueva etapa en las negociaciones que, para Cecchi, "necesariamente debe implicar un entendimiento que sea superador de todo lo conocido en el pasado".
El socialista afirmó que "no hablamos de alianzas electorales sino de acuerdos o coaliciones que posean una base programática y participativa, y que después tengan un correlato con una eventual acción de gobierno".
Cecchi es de los que creen que ya se asumió el fracaso de la Alianza. "Ahora queremos dar un salto cualitativo. No es que pasaremos a hablar de confederación en lugar de coalición. Eso sería cambiar de collar y no de perro. Ni en 1995 ni en 1999 teníamos compromisos de participación", explicó.
El legislador enfatizó que "ahora no sólo queremos sellarlos sino abrirlos a todos los partidos, pero también sumar sectores sociales, entidades intermedias y todas las expresiones de la comunidad para que tengan un rol activo dentro de un Ejecutivo encabezado por Encuentro Progresista, más allá de la persona que llegue a encabezar ese gobierno".