| | Noticias del clima El Niño siempre es protagonista
| José Luis Aiello (*)
Siempre resulta importante conocer el comportamiento de la temperatura de la superficie del mar en el Pacífico Ecuatorial Central y su evolución futura. Simplemente, porque los calentamientos o enfriamientos anormales que allí se observan ocasionalmente son un indicador de la presencia del fenómeno Enso (El Niño Oscilación del Sur). Estos eventos de escala planetaria constituyen hoy uno de los temas más estudiados de interacción océano-atmósfera. Cuando hay un calentamiento sostenido en el Pacífico Ecuatorial Central, acompañado por ciertos comportamientos de otras variables atmosféricas y oceanográficas asociadas, se dice que estamos en presencia de un episodio El Niño. La fase opuesta, o La Niña, se manifiesta en cambio como un enfriamiento en la superficie del mar. Ambos episodios tienen importantes impactos en las lluvias y temperaturas de distintos lugares de la Tierra y en particular en el sudeste de Sudamérica, abarcando las zonas agrícolas desde Mato Grosso do Sul en Brasil hasta el sur de la Pampa Húmeda en Argentina, y también Uruguay, Bolivia y Paraguay. En Argentina, los impactos dependen de la estación del año y de las distintas regiones del país. Mencionaremos como condición general que cuando se instala un evento El Niño aumenta la probabilidad de lluvias por encima de lo normal en una amplia región de la Pampa Húmeda (preferentemente en el noreste de la misma), entre los meses de noviembre y marzo del año siguiente. Esto ocurre no con certeza, pero sí podemos decir que, en el 76 % de los casos resultó mayor el área con reservas hídricas por encima de las normales que los sectores con almacenajes inferiores a los normales. Cuando aparece La Niña el efecto es inverso, predominan las reservas menores que las normales en el 73% de los casos. En Rosario, El Niño que se ha desarrollado en la segunda mitad del 2002 y los primeros meses del 2003 coincidió con lluvias superiores a las normales en muchos meses dentro de este período. Recordemos las últimas apariciones de El Niño, o sea las de 1997 y la del año pasado, y saquemos conclusiones. Hay impactos favorables para la Agricultura (buenos rendimientos de soja y maíz principalmente) y desfavorables para la hidrología, por el desborde de ríos que transportan mucho caudal desde el norte. Hay que entender que los dos impactos son diferentes. En lo que a la agricultura se refiere hay muchos estudios básicos sobre efectos en los rendimientos de los cuatro principales cultivos: trigo, girasol, soja y maíz. Sin duda, el seguimiento de los fenómenos del Pacífico Ecuatorial y el conocimiento de sus señales sobre los cultivos en Argentina y el resto del Sudeste Sudamericano constituye una cuestión clave para las estrategias de producción y comercialización. La cuestión no es tan trivial, dado que las lluvias y las temperaturas, además de los fenómenos del Pacífico, dependen de otros factores tales como: la frecuencia de pasajes de frentes, los flujos de vapor de agua desde Brasil y desde el Atlántico, la posición de sistemas de presión, el calentamiento y enfriamiento del Atlántico central y sur, etcétera. Por eso es muy importante utilizar fuentes confiables que provengan de instituciones que se dediquen a la meteorología y de profesionales meteorólogos. Al presente, el océano Pacífico Central deja atrás un evento El Niño, y los modelos que pronostican la evolución de las temperaturas en dicho océano indican una situación de neutralidad al menos hasta agosto de 2003. Esto significa que en los próximos meses debemos prestar atención a otros factores que determinarán el comportamiento de las variables climáticas en la región pampeana, fuera del Pacífico Ecuatorial. La aparición de otro evento El Niño o de un evento La Niña hacia diciembre del corriente año es aún dudosa, ya que los pronósticos numéricos de los grandes institutos de investigación del mundo no llegan a un consenso. Actualmente se inclinan más por una continuidad del estado neutro o el inicio de un evento La Niña, que por en nuevo episodio El Niño hacia fines del 2003. Esto es a priori una alerta que hay que saber interpretar para la próxima campaña 2003 y 2004, que ya está haciendo tomar algunas posiciones en estrategias largas en el caso del cultivo soja. (*) Consultora de Climatología Aplicada/ (especial fyo.com)
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