El gobierno y el sector privado entraron en cortocircuito esta semana a partir de una aclaración de la Organización Internacional de Epizootias (OIE) sobre la declaración de la Argentina como país libre de aftosa con vacunación.
Mientras a nivel oficial se informó la semana pasada que el organismo internacional había anticipado la devolución de ese status al país, la Cámara de la Industria Cárnica y de Chacinados de la República Argentina (Ciccra) difundió una aclaración emitida por la OIE.
El anuncio del Senasa según el cual Argentina había recuperado el estatus de libre de aftosa con vacunación se conoció al día siguiente de la reunión de la asamblea anual de la OIE realizada en París el 22 de mayo último. Indicaba además que el reconocimiento quedaría firme el 6 de julio próximo cuando se cumplieran 18 meses consecutivos sin señales de actividad viral en el país luego del último brote de aftosa registrado en Argentina el 6 de enero de 2002.
Pero dos días después, la OIE aclaró que Argentina podría alcanzar ese objetivo "siempre y cuando sea capaz de proveer documentación que indique que no se han registrado cambios epidemiológicos en el país con respecto a la fiebre aftosa" del 22 de mayo de 2003 en adelante y que dicha documentación "sea aprobada por la Comisión para la Fiebre Aftosa y Otras Epizootias".
Para Ciccra, "algo digno de destacar es que la diplomática corrección realizada desde la OIE a los anuncios formulados por el Senasa implica una nueva pérdida de confianza hacia nuestro país de los funcionarios de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá", señaló la entidad empresaria.
La entidad indicó también que existe "gran preocupación en el sector industrial por las insistentes versiones de un mal informe a raíz de la inspección realizada por los auditores norteamericanos en abril".
La faena humanitaria
Precisamente, luego de esa inspección, el gobierno de Estados Unidos solicitó la suspensión de cuatro frigoríficos habilitados para exportar carne a ese país por no cumplir las normas de "sacrificio humanitario", aplicando por primera vez el concepto de bienestar animal como barrera comercial contra el producto argentino, indicaron las autoridades del sector.
"El concepto de bienestar animal no es una norma frecuente en las habilitaciones pero, en esta oportunidad, la invocaron los inspectores de Estados Unidos para solicitar la inhabilitación de cuatro frigoríficos que faenaban para ese país", admitió el presidente del Senasa, Bernardo Cané.
Por su parte, voceros del sector indicaron que la suspensión aplicada tras las inspecciones realizadas por técnicos estadounidenses recayó sobre los frigoríficos Villa Olga, de la localidad bonaerense de Bahía Blanca; Consignaciones Rurales, del Gran Buenos Aires y Quickfood-San Jorge y Friar, ambos de la provincia de Santa Fe.
"Argentina exporta a Estados Unidos carne cocida en perfectas condiciones y sin ningún riesgo sanitario", precisó Cané. La medida fue comunicada en abril al Senasa por el Aphis, su equivalente estadounidense.
Las inspecciones se realizaron sobre 17 frigoríficos y 4 laboratorios de análisis de residuos de carne habilitados por el Senasa.
Además de objeciones sanitarias los expertos estimaron que las plantas argentinas no cumplían con las prácticas de "bienestar animal" que imponen un tratamiento previo de las reses para disminuir su sensibilidad a fin de atenuar el efecto traumático de la faena.
El sacrificio con un bajo nivel de sufrimiento o "sacrificio humanitario" es uno de las normas de bienestar animal que comenzaron a desarrollar los países de la Unión Europea y que adoptaron recientemente en los Estados Unidos.