Marcelo Minichetti / La Capital
Los Solistas de la Camerata Bariloche, comandados por el virtuoso violinista Fernando Hasaj, animaron el segundo concierto de la temporada 2003 del Mozarteum Argentino Filial Rosario, en una presentación que constituyó una verdadera joya musical. Si bien es cierto que los conciertos vivaldianos no son extensos, la excelencia de la interpretación los hizo aparecer más breves aún, dejando la sensación de que, para beneficio del ávido auditorio, la música debería haber sonado por mucho más tiempo. La velada dedicada a la obra del artista veneciano se inició con la "Sinfonía en La Mayor para cuerdas y continuo". Tras un Allegro que sonó muy compacto, el grupo luego pasó por un andante señorial, con el destacado acompañamiento de clave, y en el allegro final los violines se lucieron con virtuosas ráfagas de armonías, sin supeditar el buen gusto a la vertiginosidad. Aunque se lo conozca masivamente por "Las cuatro estaciones", Antonio Vivaldi escribió más de 500 conciertos, 220 de ellos dedicados al violín. Los Solistas de la Camerata Bariloche tuvieron el gran tino de profundizar en la obra del artista y rescataron perlas como el "Concierto en Si menor Op.3 Nº10", que ofreció solos de violines de Fernando Hasaj, Elías Gurevich, Cecilia Barraquero y David Bellisomi. Los intérpretes llevaron la melodía en un juego de postas por las que corrió la música en una continuidad que no ofreció respiro. La última obra de la primera parte de la audición fue el "Concierto en Re menor Op.3 Nº11", en el que sobresalieron los violines de Hasaj, David Bellisomi y Grace Medina en un rico diálogo con el chelo ejecutado por Viktor Aepli. Tras un breve intervalo los músicos regresaron al escenario para comenzar la segunda parte del concierto con la presentación del "Concierto en Si bemol Mayor Op.8 Nº10", con lucimiento solista de Fernando Hasaj, quien mostró tanto vigor como sutileza cuando la partitura se lo exigió. El "Concierto en Do Mayor Op.8 Nº6", reveló al solista como dueño de la escena, performance que repitió con el "Concierto en Mi bemol Mayor Op.8Nº5", en el que Hasaj contó con un sólido acompañamiento de la orquesta. Los prolongados aplausos que subrayaron el final de la función obligaron a los músicos a regresar al escenario para ofrecer dos bises. El primero fue el allegro del "Concierto en Do menor", de Vivaldi, en el que se destacaron las violinistas Grace Medina y Cecilia Barraquero, y el presto del "Concierto en Sol Mayor" de Georg Telemann, con el solo de viola de Benjamín Bru. El concierto, pleno del colorido que caracteriza la obra de Vivaldi, hizo honor a su obra, que fue recreada con acabada técnica y delicada sensibilidad.
| |