Las empresas del sector eléctrico reiteraron ayer el reclamo de recomposición tarifaria, consideraron que un incremento aislado "no sirve", y reconocieron que tras el recambio presidencial y el nuevo organigrama del área económica, la relación que mantenían con el ministro Roberto Lavagna y los funcionarios de Energía se reenfocó, y deberá ser ahora con el titular de Planificación Federal, Julio De Vido. Eduardo Dutrey, presidente AES Andes, filial argentina de AES Corporation, dueña de Eden, Edes y Edelap, además de una decena de plantas generadoras en todo el país, advirtió que "un aumento aislado no nos sirve y tampoco le sirve al sector". "No hay un reclamo, lo que pedimos es una reacomodamiento para volver a las reglas claras, justas y transparentes. Necesitamos reconstruir el marco eléctrico, jurídico y financiero", sostuvo Dutrey. El ejecutivo reconoció que no han tenido contacto aún con las nuevas autoridades, y agregó que "es cierto que estábamos en contacto con Lavagna, pero el gobierno es otro por más que el ministro continúe y ahora tenemos que comenzar de nuevo con la gente de De Vido. Todo indica que el secretario de Energía será Daniel Cameron, aunque todavía no fue confirmado, pero no sabemos quién será el subsecretario de Energía Eléctrica, que para nosotros es un interlocutor importantísismo", especuló. La renegociación de los contratos, uno de los temas espinosos que dejó pendiente la administración de Eduardo Duhalde, se perfila aún más compleja para los empresarios, después de que ayer De Vido saliera a desmentir que el gobierno planee autorizar subas de tarifas en lo inmediato. El ejecutivo ponderó la calidad de hoy al compararla con la de Barcelona o Madrid, pero calificó como "de países africanos" el nivel de las tarifas valuadas en dólares. "Actualmente el precio de la energía es de 9 dólares el kilowatt hora, cuando en el inicio de la reconversión del sector, allá por el 91 ó 92, era de 50 dólares, y el promedio del 2001 fue de 23 dólares", indicó y agregó que "en Chile es de 33 dólares". Dutrey explicó que durante la convertibilidad la rentabilidad promedio sobre el capital propio de la firma fue del 3 por ciento en distribución y del 1,5 en generación. Admitió además que en 2001 la empresa ganó 12 millones de dólares, aunque que en 2002 se perdieron 160 millones de dólares y hoy la generadora térmica AES Paraná y la distribuidora platense Edelap registran pérdidas operativas. En la última década las inversiones en el sector fueron de 11 mil millones de dólares, de los cuales 1.000 fueron aportados por AES, abundó. No obstante, ese stock de inversión de la compañía estuvo calzado con una deuda toda bancaria con el exterior que ronda los 700 millones de dólares, de los cuales 300 corresponden a sus distribuidoras, 200 a AES Paraná y 200 a Termo Andes.
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