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Una carta para defender su casa

Días atrás me tomé el atrevimiento de dejar una carta por debajo de la puerta en la oficina de un juez, puesto que por no estar patrocinada por un profesional no podían recibirla ni en mesa de entrada ni en secretaría. Notando la imposibilidad, al día de hoy, que tengo de llegar a él, lo hago por este medio. Es muy difícil explicar gráficamente las vivencias por las que atraviesa una familia que ve la posibilidad de perder su única vivienda, más aún si es ignorante respecto de las normas y tiempos jurídicos. Mi deseo es poder exponer en una entrevista personal la situación por la que llegamos a esta instancia después de haber trabajado más de 25 años; pues pienso que para poder respetar la ley, debo sentirme respetada y amparada por ella. Se puede pensar que mi deseo es utópico pero si las pautas están dadas como para que materialmente todo se pierda, no me resignaré a perder la fuerza que me da el saber que somos "buena gente". Desde ese lugar estoy dispuesta a recorrer un camino que al final me permita ver que quienes tienen el poder de administrar justicia, serán merecedores no sólo de vivir de su profesión sino también de cumplir tal función con la responsabilidad y el conocimiento que cada situación merece. A raíz de esta experiencia, me relacioné con familias que atraviesan situaciones similares o más dramáticas que la nuestra, y es esto lo que me motiva a desear fervientemente una entrevista, alentando la esperanza de que quizás en lugar de buscar estrategias para defendernos de los "justos", podamos unirnos a ellos para encontrar juntos una manera que nos permita insertarnos nuevamente en la sociedad como "ciudadanos legales".
Mirta Gutiérrez