José M. Petunchi / La Capital
A algo más de 48 horas del partido ante Olimpo, el delantero de Newell's Mauro Rosales está más afuera que adentro del equipo. Es que el dolor que tenía en el ligamento exterior de la rodilla derecha ayer se le manifestó con mayor intensidad y obligó a que Ignacio Astore, el médico del plantel, le realizara una resonancia nuclear magnética. La misma, que concluyó alrededor de las 21.15, arrojó un proceso inflamatorio en la zona ligamentaria, por lo que es casi un hecho que el desequilibrante delantero se perdería el partido de pasado mañana en Bahía Blanca por precaución y no debería extrañar que tampoco puede estar en el próximo encuentro ante Racing, por la 15ª del Clausura en el Coloso. De confirmarse esta presunción, Newell's pierde a su arma ofensiva más desequilibrante, y su reemplazante saldrá de la prueba que Veira hará hoy por la mañana con Diego Villar y Guillermo Marino, aunque el primero tiene más chances (ver página 3).
"Se nota un proceso inflamatorio en el ligamento lateral externo de la rodilla derecha, pero no hay nada preocupante. Por suerte no se aprecia ninguna ruptura", fue la descripción que Nacho Astore le hizo anoche a Ovacion sobre la lesión de Mauro, aunque el médico pidió hasta esta mañana para ver el resultado por escrito, puesto que anoche sólo los pudo apreciar en la pantalla del monitor donde aparecen las imágenes.
Tal vez por esto, cuando se le preguntó si era optimista sobre la presencia del delantero, escogió la cuatela y prefirió esperar hasta esta mañana, luego de ver los resultados por escrito, antes de dar una diagnóstico definitivo.
De todos modos, si se repasa en las declaraciones que Astore hizo al mediodía, ni bien había terminado la práctica, la situación es concluyente: "Si hay alguna pequeña duda, existe un consenso entre el cuerpo técnico y médico de no arriesgarlo".
Por todo esto, es casi un hecho que Mauro no estará en este encuentro por tres motivos. Uno, porque no quieren arriesgarlo; otro, porque consideran que va a ser un partido durísimo y de mucha fricción; y el último, porque consideran que Rosales rinde bien cuando está al ciento por ciento de sus posibilidades y no será este el caso.
Los primeros 25 minutos en los que Rosales hizo fútbol ayer parecieron despejar las dudas iniciales que había respecto de su presencia ante los bahienses, pero cuando a los 2 minutos del complemento debió abandonar la cancha con un visible renquera, todas las miradas confluyeron en el delantero, quien con movimientos intentaba explicarle al médico a un costado de la cancha 7 de Bella Vista en qué gestos laterales le molestaba. "El único movimiento que me molesta es donde siento el dolor, después lo demás no es grave. Por eso prefiero que el médico haga los estudios que tenga que hacer y que me diga lo que tengo", le dijo Mauro al mediodía a este diario.
Es por eso que el optimismo que tenía en los días previos fue dejándole paso a la prudencia: "El miércoles era muy optimista, hoy (por ayer) ya no lo soy tanto, el médico también está preocupado como yo, porque es la rodilla. Simplemente quiero saber el resultado, y si todo sale bien, le doy para adelante".
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La Ciudad
