Año CXXXVI
 Nº 49.857
Rosario,
viernes  30 de
mayo de 2003
Min 15º
Máx 26º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






El "Drácula" de Pepito Cibrián regresa a Rosario con Cecilia Milone y Juan Rodó
Los cantantes y actores de la versión original cuentan por qué la obra es una de las favoritas del género

Rodolfo Montes / La Capital

Cecilia Milone y Juan Rodó son las figuras centrales del musical "Drácula" que, a partir de hoy, se presentará por dos fines de semana consecutivos en Rosario. La propuesta tiene un suceso asegurado a partir del claro fanatismo que despierta en el público, especialmente el joven. Serán ocho funciones y por ahora no habrá más fechas, informó la producción, sobre todo para quienes especulan con el agregado de nuevas funciones. El cantante lírico Juan Rodó le dijo a Escenario que "Rosario es una plaza tremenda para Drácula, casi al nivel de Buenos Aires". Se refiere a la enorme repercusión que tuvo el espectáculo en las tres oportunidades anteriores en que se presentó en la ciudad. Exito que fue el detonante para la creación de la primera escuela de comedia musical de la ciudad. "Se armó un movimiento muy fuerte de este género" dijo Rodó y agregó sin falsa modestia: "Tengo que decir que mucho del interés y la vocación de este movimiento fue producto de «Drácula»".
En esta nueva versión, esperan volver a vivir el romance con la gente. "Para nosotros, «Drácula» es la máxima expresión del musical", reconoció.
Mientras Rodó habla, Cecilia Milone apura su maquillaje en pleno mediodía porteño. La escena es en el café que suele tener a Charly García sentado en alguna de sus mesas -está ubicado justo bajo su departamento, en el mismo edificio-. La actriz, cantante y bailarina que todo lo hace bien, mira el espejito, cierra un ojo, se lo pinta, pero también acota y corrige lo que dice su compañero. En fin, quiere estar en todo a la vez. Y lo logra.
"Hay que reconocer que toda la movida del musical en la Argentina es a partir de «Drácula». Y además coincide con películas como «Chicago» que aportan a reforzar esa tendencia, vuelven a recrear en parte el clima del cine de los años 50, donde muchas películas eran musicales", plantea Cecilia Milone como marco de situación, para entender qué pasa con el fenómeno de los musicales en la Argentina.
A la hora de dar una razón al fenómeno «Drácula», Cecilia cree que es "un increíble éxito" de "complicada" explicación. "Nadie sabe bien por qué se da. Se puede pensar en ciertos detalles, en ciertos condimentos, pero es como enamorarse de alguien en la vida, no hay una razón lógica. Afortunadamente es así, forma parte del misterio. La gente se enamoró de este musical", resume la mujer que a esta altura de la charla ha pasado a pintarse los labios, de un color suave. Total, ella lo sabe, no necesita colores fuertes para impactar en una foto.

El plus del vampiro
Rodó sabe de la oleada exitosa de los musicales, pero destaca "que «Drácula» fue el único musical que se repitió en el país a través de los años, en sucesivas versiones y todas exitosas. Otros espectáculos de musicales también tuvieron un enorme éxito, pero no dieron para volver y armar todo otra vez, y «Drácula» sí", aclaró Juan, para marcar el plus de su espectáculo.
Juan arranca a decir lo suyo, Cecilia se superpone, entonces casi a coro los dos dicen: "El público, la mayoría, viene a ver «Drácula» no para ver cómo es la obra. En general ya saben todo lo que pasa, pero deciden disfrutarlo como aquel que pone un disco que le gusta y lo pone un montón de veces e incluso cada vez que lo escucha le gusta más".
"Drácula" es una historia universal y muy popular. El vampirismo y la eternidad son dos temas atractivos para el público. El personaje de Drácula tiene sensualidad y sobre el final hay un giro romántico, muy bien logrado, con una música que Rodó define como "única, maravillosa y trascendental".
La gira que pasa por Rosario es una adaptación del equipo artístico porque los espacios del escenario son más reducidos. No entra todo lo que ponen sobre el escenario en el Luna Park o en el Opera porteños.
El elenco que saldrá a escena hoy en Rosario se compone de 23 personas y se van a agregar algunos figurantes directamente contratados en Rosario. "Más que una necesidad, tiene que ver con hacerles un mimo a los rosarinos, permitirles a algunas personas realizar el sueño de estar sobre el escenario" dijo Cecilia, y agregó: "Para nosotros el encuentro con el público de Rosario es definitivamente el estreno más esperado, pero también el más temido. En lo personal temo por la emoción que suelen provocar esos momentos. Cuando nos tocó actuar en Rosario nos ocurrió algo tan conmovedor que tuve que hacer mucho esfuerzo por no llorar: fue todo una gran locura".
Así fue pasando para estos actores y cantantes una semana especial, esperando este día de estreno. "Para «Drácula» hay dos lugares en el mundo que tienen un sabor especial: Transilvania y Rosario", exageran los protagonistas.
Juan sabe que los que vayan al teatro posiblemente conozcan el espectáculo de cabo a rabo, cada segundo de música y de letra. Y que presentarse ante su propia hinchada es una ventaja y un compromiso.
"Nos pasan cosas muy locas, por ejemplo Pepito Cibrián quiso cambiar un pequeño tramo de la letra, porque descubrió que se podía mejorar. Y nosotros le pedimos que por ahora no cambiara nada, sobre todo pensando en el público de Rosario que se iba a dar cuenta y tal vez se podía sentir defraudado", confesó Cecilia sobre la intimidad del grupo.
Los desafíos para los cantantes de musicales son múltiples y riesgosos, así lo explicaron Cecilia y Juan: "El cantante de la comedia musical tiene el desafío de encontrar un color intermedio en su voz, que está entre la lírica y el género popular, no puede cantar muy lírico como en una ópera, porque no hay subtitulados y nadie entendería nada. Por otra parte, está el desafío de cantar y moverse en el mismo tiempo real".

La verdadera ópera moderna
Por su parte, Rodó marcó las diferencias del género con los demás: "A mí me pasó que cuando me dediqué a la lírica y no al musical, aumenté de peso. Es que me faltaba todo el movimiento en el escenario que implica el género. Yo considero que la verdadera ópera actual es el musical, porque utiliza músicas con mayor alcance popular y no coloca la voz de manera impostada, que tenía que ver con el sonido no microfónico. En la actualidad no es necesaria esa composición artificial de la voz para proyectarla hacia la sala".
De todos modos, su personaje es un poco oscuro, y viene bien algo de sonido lírico, lo hace más creíble. En cuanto a lo textual, Juan cree que el cantante "tiene que pensar que está diciendo un texto dentro de una melodía sin caer en el cantor de baladas. No debe parecer un show de un cantante popular".
"La comedia musical se hace con un tono muy preciso -completa Cecilia, ya pintada y lista para las fotos, y que va por un café algo frío que estuvo en espera-. Hay momentos que las palabras se cortan, se comprimen, por un tema de comprensión y otras veces se estiran para conservar la belleza del canto. Es un equilibrio delicado de lograr".
Para Juan, la mejor definición del cantante de musical es la siguiente: "La palabra es reina suprema y debe estar por delante del canto, porque en definitiva se trata de teatro cantado".
Los protagonistas de "Drácula" quisieron contestar a quienes consideran a la comedia musical como un género pasatista: "La obra cuando más producción tiene, pareciera que sostiene sólo por eso, por las luces, el humo, la escenografía y el vestuario. Me pasó estar en «La bella y la bestia», una superproducción con todos los elementos que te puedas imaginar. Sin embargo, cuando te sentás en la platea lo más importante que te llega es el alma de los personajes. Eso es lo que define y todos los demás elementos que juegan en la escena acompañan la actuación y la belleza del canto, pero no producen ninguna emoción por sí mismos", definió Juan.
La convicción que tienen es sólida y por eso Cecilia sostiene: "Las grandes producciones adornan, el contenido artístico lo dan las actuaciones. La comedia musical, cuando comienza en los años 50, tiene un color un tanto superficial. El objetivo era escuchar buena música y estar un rato entretenidos con 4 ó 5 canciones que podían no constituir una historia. Eran canciones sueltas. Pero todo cambió con los años, por ejemplo musicales como «La jaula de las locas» tienen un profundo contenido, es comedia pero hay una historia y hasta una mirada filosófica en esa historia".
El musical ya no es lo que era, pero hay mucha gente -ellos creen- que se quedó con el recuerdo de un espectáculo superficial. Ahora se trata de verdaderas obras dramáticas donde hasta se eliminó la palabra "comedia" y quedó sólo musical.



Juan Rodó y Cecilia Milone se reunieron para el musical.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Un éxito de taquilla asegurado
Diario La Capital todos los derechos reservados