Washington/Londres. - La decisión de la administración Bush de poner el acento en la amenaza de las armas de destrucción masiva (ADM) para justificar la invasión a Irak fue tomada por "razones burocráticas", admitió el secretario adjunto de Defensa Paul Wolfowitz. El funcionario, de los más influyentes de la administración republicana, es considerado uno de los ideólogos de la intervención en Irak y de las "guerras preventivas". Wolfowitz hizo estas declaraciones en una entrevista con la revista Vanity Fair que será publicada el próximo miércoles.
La cuestión de las ADM nunca fue la principal razón de la "guerra preventiva" emprendida por Estados Unidos para derrocar al régimen de Saddam Hussein, confió el número dos del Pentágono. "Por razones burocráticas, nos pusimos de acuerdo sobre un punto, el de las armas de destrucción masiva, porque era la única razón en la que todo el mundo estaba de acuerdo", afirma Wolfowitz en la entrevista que aparecerá en la edición de junio de la revista.
Actualmente existe un debate creciente, que incluye al Congreso y los servicios de inteligencia, sobre si Saddam tenía o no armas de destrucción masiva al momento de la invasión norteamericana de Irak. La presunta existencia de este tipo de armas fue dada por probada por Bush, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld y el titular del Departamento de Estado, Colin Powell.
Según la columnista del The New York Times Maureen Dowd, ahora la administración Bush estaría aplicando la misma técnica a Irán, a la que Rumsfeld acaba de acusar de proteger a jefes de la red Al Qaeda. "Cuando los reportes de la CIA no incriminaron lo suficiente a Saddam, Rummy (apodo de Rumsfeld) creó su propia pequeña CIA en el Pentágono", para dar credibilidad a las acusaciones contra Saddam, señala Dowd. La investigación que lleva a cabo el Congreso sobre la información de inteligencia en Irak podría demostrar que se está "ante el mayor fraude de inteligencia de todos los tiempos", según la diputada demócrata Jane Harman, del comité de esta actividad. Dowd afirma irónicamente que para cuando el informe sobre el caso iraquí esté listo, ya se estará investigando el desempeño de la CIA en el preludio del ataque a Irán.
Un informe "reescrito" para Blair
En plena visita del primer ministro británico Tony Blair a Irak, la polémica sobre las inhallables armas de destrucción masiva iraquíes volvió a surgir también en Gran Bretaña.Según la estatal BBC, que cita a un alto responsable no identificado, Downing Street ordenó una "reescritura" de ese expediente una semana antes de que Blair lo presentara ante la Cámara de los Comunes, el pasado 24 de septiembre. Esta "reescritura" tenía como objetivo la simple consigna de volver al expediente "más sexy" para "vender" mejor una intervención militar a una opinión pública en su mayoría reticente y a una gruesa minoría de diputados laboristas francamente hostil, siempre de acuerdo con la BBC.\En ese informe, Blair aseguraba que el régimen de Saddam tenía la capacidad de desplegar ciertas armas biológicas o químicas en menos de 45 minutos. Esos argumentos alarmistas, suficientes para justificar una "guerra preventiva", habían ocupado la portada de la prensa británica.Esos argumentos fueron incluidos en el expediente pese a la opinión contraria de los servicios de inteligencia británicos, que habían advertido que una parte de esas informaciones, proporcionada por una única fuente, no eran totalmente confiables.