Gustavo Conti / La Capital
Que Central haya superado el doble de la cantidad de goles marcados en condición de visitante a los hechos en casa (17 a 7), es todo un detalle. Y eso tiene varias lecturas, a saber: 1) Central es un equipo que confía en su potencial y no se mete atrás fuera de casa, tratando de jugar de igual manera en cualquier condición, algo muy distinto a lo que preveía Russo cuando tomó el timón, o cuando programó la pretemporada, cuando estudiaba la posibilidad de modificar el esquema de acuerdo a la condición. 2) Central se mueve mejor ofensivamente cuando el rival le deja hacer o cuando este arriesga más por ser local. 3) A Central le cuesta mucho convertir cuando el rival es cauteloso. El detalle resulta llamativo y sirve para vislumbrar un primer pantallazo de lo que puede pasar el sábado próximo, cuando el equipo auriazul reciba a Independiente. Es que el conjunto de Américo Gallego es ideal en el sentido de que no es de los que priorizan cuidar el arco propio cuando salen de Avellaneda. Eso puede beneficiar el juego auriazul, por supuesto si se piensa que el punto en cuestión de lo que se trata estas líneas tiene que ver exclusivamente con el punto 2 y no con un cierto peso en la responsabilidad por jugar en el Gigante, que podría agregarse al punto 3. En contra de esa impresión habrá que remarcar que este conjunto de Russo no pudo con los denominados "grandes": Boca (1-3), San Lorenzo (2-2), Racing (2-2) y River (0-2). Es decir, que los equipos que también son protagonistas (por historia antes que nada) en cualquier lado lo han complicado y teniendo en cuenta que llega el último campeón, y que Central viene ofreciendo ventajas defensivas, no es un dato menor. Russo sigue lamentando los dos puntos que perdió con Arsenal. Pero además sabe que Central no pudo ganar sus últimos tres encuentros de local, dos ante rivales inferiores. Por más que nuevamente jugarán en sábado donde su equipo nunca perdió en este Clausura (ganó 5 y empató 4 encuentros), habrá que dejar de lado esa cábala y superar el escollo de convertir muy poco en Arroyito. Delgado y Figueroa volvieron a marcar después de algunas fechas (el Chelito no lo hacía desde el clásico y Lucho desde Chacarita) y eso es un aliciente. La premura de puntos cuando ya no hay tiempo de equivocaciones ni de recuperación, obliga a revertir esta tendencia este sábado mismo. Sin paranoias, eso sí, porque Central ha demostrado tener argumentos para eso.
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