| | cartas Un ballottage fracasado
| Nuevamente la ciudadanía ha visto frustrada la ilusión de elegir un presidente del país por el voto directo. Esta frustración proviene de la negativa de uno de los candidatos de no presentarse a dirimir el ballottage que años antes él pergeñara. Lo que dicha ley debió haber establecido es que el mismo se realizaría entre los dos más votados de diferentes partidos políticos y no como en esta ocasión, que parecía una interna. ¿Por qué sobrevino el fracaso? Es muy sencillo comprender que, de acuerdo a encuestas y las voces que rondaban el ambiente, el entonces corrupto candidato, quien anticipaba que iba a reventar las urnas con los votos de sus adictos, viéndose derrotado, creyó que el día 13 de mayo lo iba a transformar en otro 17 de octubre. Pero le falló la intuición, ya que la ciudadanía está cansada de mentiras y, como él bien lo dijo, no come vidrios. Lo más notable y ahí está el quid de la cuestión, él ni remotamente se asemeja a Perón, simplemente es una escisión de dicho partido que se llama menemismo. Y la diferencia se nota en sus actos de gobierno. César A. Palomeque
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