U.G. Mauro / La Capital
Como en cualquier festival folclórico del verano, pancartas con nombres de diversas localidades, saludos, ovaciones, palmas y coros celebraron la presencia del cantante Luciano Pereyra el sábado en el escenario del teatro Broadway. Pereyra renovó otra vez sus credenciales de buen cantante, dueño de una voz, si no potente, muy bien educada y dio muestras de que hoy se desempeña con mayor desenvoltura en el escenario. Como cualquier participante de "Escalera a la fama" o de "Operación Triunfo", el artista lujanense parece haber aprendido recientemente que le está permitido moverse frente a un micrófono, que puede acompañar con una mayor gestualidad sus canciones y que eso le otorga mayor libertad, al tiempo que lo muestra más auténtico y alejado de la casi gastada imagen de joven tímido. Por iniciativa propia, Pereyra parece estar desprendiéndose paulatinamente de la -mitad auténtica y mitad impuesta-, imagen "querible y familiar" para soltarse y ser un artista libre. Pereyra canta temas de forma y contenido cercano al folclore cuando encara algunas chacareras, zambas y serenatas salteñas. También lo hace cuando incluye en sus temas un par de instrumentaciones o arreglos que otorgan a una canción un aire a ritmo andino, aunque en estos casos cierto sabor tropical "made in Miami" denuncia que el rubro en el que mejor se ubica el joven cantor no es el de cultor del folclore sino de una económicamente redituable pero artísticamente peligrosa hibridez en la que absorbe e integra demasiado de todo. En su presentación, sólo una vez Pereyra se salió del libreto original, al incluir una muy lograda versión del clásico de Víctor Heredia, "El viejo Matías", en lugar de "No se si me querés", tema este con el que cerró el recital en los bises. "Lucía" fue el primero de las 17 obras que ofreció durante una actuación de algo más de una hora y media y en la que estuvo acompañado por una sólida formación de siete músicos, y "Caminito de Acheral" fue lo más cercano al repertorio folclórico tradicional que mostró el intérprete. El resto del recital se nutrió de los temas más reconocidos de los tres discos que lleva grabados. Adicto al romanticismo que en otros períodos impusieron artistas como Daniel Toro, Carlos Torres Vila o Daniel Altamirano, el cantante apeló hasta a Gardel, de quien interpretó "Cuando tu no estás", en el mismo escenario que hace más de 60 años recibió al Zorzal. Pereyra se prodigó en temas como "Los recuerdos no abrazan", "Mar de amor" y "Desde que tu te has ido" y "Cómo puedes vivir sin mi", sin faltar el homenaje al padrino Horacio Guarany con "No quisiera quererte". El ritmo y el público de pie llegaron con "Chaupi Corazón", "Soy un inconsciente" y el universal "Sólo le pido a Dios". En los bises Luciano cantó el corte de difusión de su disco "Soy Tuyo", "Me gusta", generando después del delirio de las adolescentes con "La Distancia", de Roberto Carlos, entre ositos de peluche y unas pocas pequeñas fans en el escenario para abrazar al ídolo. Lo de siempre.
| Luciano tuvo un gran apoyo de sus fans en el Broadway. (Foto: Hugo Ferreyra) | | Ampliar Foto | | |
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