Bogotá. - El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, obtuvo un fuerte respaldo de sus colegas de los países latinoamericanos y de los cancilleres del Grupo de los Ocho (G-8) a su política contrainsurgente, al advertir éstos sobre la necesidad de acabar el conflicto interno e impedir que desborde las fronteras. El viernes, los ministros de relaciones exteriores de los países del G-8 -Alemania, China, EEUU, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia- reunidos en París, se pronunciaron la víspera en favor de las políticas de Uribe para combatir a los grupos armados ilegales, al manifestarle su apoyo "sin reservas" para el "fortalecimiento de la autoridad del Estado" colombiano.
Los jefes de la diplomacia de los países más ricos del mundo también señalaron en su declaración el apoyo "sin reserva la política de firmeza con los grupos armados ilegales". Los cancilleres brindaron su apoyo a Uribe tras expresar "una gran preocupación por la cuestión del narcoterrorismo en el interior y proveniente de Colombia y ante el peligro de que la violencia y el terrorismo colombianos, alimentados por la droga, perjudiquen los esfuerzos de dicho país en defensa de la democracia".
Mientras tanto en la andina ciudad peruana de Cusco, en desarrollo de la XVII cumbre del Grupo de Río -que culminó ayer-, el conflicto armado colombiano fue uno de los ejes centrales de las discusiones, por cuanto varios de los mandatarios asistentes, como el de Ecuador, Lucio Gutiérrez, y de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, denunciaron la acción de las rebeldes Farc en sus territorios.
Justamente fue Gutiérrez quien lideró una propuesta para que el Grupo de Río solicite al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que exhorte a las guerrillas, especialmente a las Farc, para que acepten un diálogo con el gobierno colombiano, previo un cese de hostilidades, y se inicie un serio proceso de paz. La iniciativa del jefe de Estado ecuatoriano tuvo total acogida por sus pares latinoamericanos y fue ratificada por el presidente de Perú, Alejandro Toledo, en la clausura de la reunión.
Uribe, presente en Cusco, agradeció este doble apoyo internacional. "Es un reconocimiento a la necesidad de que Colombia definitivamente derrote la violencia, el terrorismo y sus fuentes de financiación. Hay una sociedad martirizada, un estado de derecho que funciona, un apego a los derechos humanos y un gran propósito de garantizar una democracia plenamente pluralista sin la interferencia de la violencia", dijo.
En Colombia, dirigentes políticos y analistas recibieron con beneplácito el apoyo internacional al presidente Uribe y calificaron ese aliento como el "mayor triunfo diplomático" del mandatario en lo que va de su período presidencial. (AFP)
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