Año CXXXVI
 Nº 49.852
Rosario,
domingo  25 de
mayo de 2003
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Entre la guerra y las liquidaciones de invierno
El Rosario que vuelve: La porfiada nostalgia de las imágenes
En Europa estallaban las bombas, Farrell y Perón querían construir casas para los obreros y en las vidrieras rosarinas brillaba el poplín inglés

El 1º de mayo de 1944 el entonces presidente Edelmiro Farrell le explicaba al país los esfuerzos del gobierno para mejorar las condiciones de vida de los obreros construyendo viviendas dignas y mejorando la educación y la salud. Para eso, contaba con la presencia del entonces coronel Juan Domingo Perón en el recién creado Ministerio de Trabajo. Una cuestión esencial para la fuerza de trabajo rosarina, la que en esos años se montaba a una creciente industrialización con un predominante componente inmigratorio extranjero.
Pero en los 40, los ecos de la segunda gran conflagración llegaban a la Argentina potenciados por el fragor de las batallas dibujadas en los partes de guerra que La Capital reproducía con espectaculares fotos de soldados con sus armas, o saltando en paracaídas.
Para los cerca de 500 mil habitantes de la ciudad esa guerra, tan terrible como lejana, compartía la vida cotidiana con otras cuestiones menos impactantes pero mucho más cercanas, como las liquidaciones de invierno de las grandes tiendas.
Aún en medio de los cañonazos y de las encarnizadas batallas del frente europeo se anunciaba la presentación en estas tierras del último trabajo del escritor norteamericano James Sutton, quien abordaba con profundo énfasis el origen, el placer y la popularidad del chicle en el mundo.
La tienda La Favorita, fundada por la familia García en 1897 en Córdoba y Sarmiento, conseguía legítima lana inglesa para sus sobretodos estilo Ulster que vendía a 49 pesos, mientras que un tapado adornado con pespuntes y alforzas costaba 39,80.
Su eterna competidora, Gath y Chávez, en Córdoba y San Martín, ofrecía una gran venta blanca con juegos de sábanas de dos plazas, esmerado hilado de algodón y puntillas a 17,80 pesos, una camisa para caballero de legítimo poplín inglés a 12,90, y una fina camiseta de jersey de rayón, para las niñas, a 3,90.
En las interminables veladas de los cines (rodaban tres películas), el Bristol y Normandie ponían "El estrangulador de Londres" y "La venganza del doctor Karloff", mientras el Astral ganaba a los cinéfilos con "El ángel negro", una historia que prometía "estremecedoras y enloquecidas pasiones".
También en esos años el arroyo Saladillo era un curso que se imponía con furiosas crecidas, el palacio Vasallo (actual Concejo Municipal) marcaba con su cúpula un punto distintivo en el nacimiento de la calle Córdoba, y la estación del ferrocarril Central Córdoba dominaba la entonces zona sur de la ciudad.



Vista de la estación del ferrocarril Central Córdoba. (Donación: Alberto Verón)
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Imagen del palacio Vasallo durante su construcción. (Donación: Cesáreo García)
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El colegio Sagrado Corazón, en Mendoza al 1900. (Donación: Nora Sabah)
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