Año CXXXVI
 Nº 49.852
Rosario,
domingo  25 de
mayo de 2003
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La agenda económica del nuevo gobierno
Cuatro ex funcionarios de Hacienda opinan sobre los problemas que debe atender la gestión de Kirchner

Aunque provengan de escuelas diferentes y algunos de ellos tengan posiciones encontradas, Roque Fernández, Aldo Ferrer, Orlando Ferreres y Néstor Rapanelli tienen un par de cosas en común: son economistas y todos pasaron por el Palacio de Hacienda. Fernández fue ministro de Economía entre 1996 y 1999, Ferrer en 1970, Rapanelli en 1989, mientras que Ferreres ocupó el viceministerio en el mismo año.
En los textos que siguen a continuación, los especialistas dan su opinión sobre la gestión de gobierno que comienza hoy, y los desafíos que tendrá que afrontar en su nueva etapa el ministro Roberto Lavagna.

* "No hay margen para retrasar el acuerdo con el FMI" - Orlando Ferreres
Creemos que va a seguir la tendencia actual económica. No va a haber grandes cambios. Puede haber un aumento de tarifas, pero a la vez un incremento de salarios que compense a la gente que tiene poca disponibilidad.
Este año no habría mucha inflación. Calculamos de enero a diciembre un 21 por ciento aún incluyendo aumento de tarifas y salarios.
No vemos mucho aumento del tipo de cambio, aunque podría haber un pequeño incremento debido a la inflación, pero no será significativo.
Podría ser un dólar de 3, 3,05 o 3,15 pesos, dependiendo de los ajustes que se hagan podría estar un poquito más alto, pero dentro de ese rango.
En cuanto al crecimiento del producto interno (PBI) estimamos 3 por ciento para todo el año, y hacia fin de año una suba del salario real de más o menos del 5 por ciento con respecto al año anterior.
Las tasas de interés de plazo fijo estarían en el 12 a 15 por ciento.
Si hay una negociación rápida con el Fondo Monetario Internacional y solucionan el problema de los bancos, la coparticipación federal y otros cuatro o cinco puntos importantes como la reforma impositiva, todo esto podría ser mejor.
El problema es que el tema con el FMI tiene poco tiempo para arreglarlo, porque de lo contrario uno puede volver a caer en el descrédito internacional. Se tuvo que recurrir a un apoyo político para cerrar algo, pero esta vez va a ser más difícil. No creo que tengamos más margen. Ya nos dieron un acuerdo para salvar las papas. Ahora quedan cuatro años y medio por delante. Esta vez no va haber apoyo político.
En cuanto a medidas vemos el plan de infraestructura, que es algo interesante en cuanto a la creación de empleo. La construcción mueve mucho la economía.

* "Va a ser un año muy difícil" - Néstro Rapanelli
Veo la situación del país con tremenda expectativa y, como todo el mundo, con el firme deseo de que las cosas vayan bien, pero a la vez veo que este año va a ser difícil.
La naturaleza de los problemas cuya resolución se ha venido postergando hace que haya que tomar medidas trascendentes, como la deuda externa, el apoyo que hay que darle a los bancos, el tema de las tarifas.
Evidentemente también no deja de ser una dificultad un posible fraccionamiento que va a existir en el Congreso que demandará una tarea ardua para tratar de consensuar.
Espero que el presidente Néstor Kirchner pueda manejar la cuestión pero confieso que para mi es un signo de interrogación. Es un misterio cómo va a poder hacer todo porque no hemos tenido la oportunidad de conocerlo. Tiene buenos antecedentes pero están referidos a una pequeña región de nuestro país.
La negociación con el FMI tendrá una gran influencia en todo lo que hace a que vuelvan las inversiones a la Argentina. Que vuelvan las inversiones es un factor decisivo para la recuperación económica
Circunstancialmente podemos eludir ese problema por el hecho de que hay una gran capacidad ociosa, pero no es posible pensar en una recuperación económica sostenible si no hay inversiones, y para ello el acuerdo con el FMI resulta de suma importancia porque va a dar lugar a recuperar la confianza del inversor extranjero. El nivel de ahorro de la República Argentina es insuficiente para pensar en una inversión sostenida.
No creo que sea posible que haya una negociación prolongada como hubo el año pasado. Evidentemente en ese momento ha habido un deliberado propósito de postergar la resolución de los problemas más importantes a los efectos de evitar conflictos políticos y sociales. No es posible pensar en un año de negociación, el país no lo aguanta.

* "La transición será tranquila y sin sobresaltos" - Aldo Ferrer
Los próximos cien días los veo sin sobresaltos con una transición tranquila, con la continuidad de la gestión de economía de Roberto Lavagna y la resolución progresiva de los problemas pendientes.
Sin saltos bruscos ni en inflación o tipo de cambio, ni en la situación fiscal, en un sendero de una moderada recuperación económica. El gran desafío será poner en marcha acciones para resolver problemas como la pobreza y desempleo. Este es el mayor desafío que tiene la sociedad argentina y el gobierno entrante.
No hay que esperar novedades espectaculares sino la profundización de un camino que ya se sigue desde hace un año. Hay que discutir la estrategia, ya que las políticas económicas no se hacen por una o dos medidas.
Hay que debatir cómo poner en marcha capacidad productiva ociosa, la reactivación de demanda interna con estabilidad de precios, y reacomodarse en el sistema financiero internacional con negociaciones pendientes con el FMI y deuda impaga.
Las perspectivas son mejores que hace un año. El tema que hay que manejar con particular cuidado es la emisión monetaria por que hay que mantener un tipo de cambio que sea competitivo, y la baja que se experimentó en las últimas semanas no es conveniente.
Parece razonable la posición oficial de trabajar con un tipo de cambio de tres pesos por dólar. No hay riesgo de impacto inflacionario por aumento de emisión monetaria para comprar dólares, ya que tendría como contrapartida el aumento de reservas del Banco Central y una economía sedienta de dinero por que necesita una reactivación.

* "Si demoran el acuerdo con el FMI pierde el Estado" - Roque Fernández
Creo que hay dos posibilidades, a las que podríamos llamar negociación internacional rápida o negociación internacional prolongada. La primera podríamos decir que se terminaría en dos a tres meses. En el caso de ser prolongada es que no se terminará en este año, sino que se pueda pasar para el año que viene.
Si la negociación es rápida, creo que el proceso de recuperación que de alguna manera se está observando se va a multiplicar.
Fundamentalmente en el sector privado va a haber un fuerte flujo de inversiones, lo cual va a fortalecer el período de recuperación que se ha notado más que nada por un efecto de naturaleza cambiaria en sectores sustitutivos de importaciones, pero que no se notó en la inversión.
La negociación rápida pondría un fuerte flujo de inversiones y una aceleración del producto. En ese esquema de negociación rápida el sector público tendría posibilidad de cubrir algunos problemas que tiene, fundamentalmente la capitalización de la banca pública, que es una de las tareas que está pendiente, y eso también podría ayudar a restablecer la estabilidad del sistema.
Pero si la negociación se prolonga surge un nuevo escenario que afectará en distinto modo al sector público y al privado.
En el sector privado todavía va a haber flujos de inversión, no tanto como en la primera hipótesis, porque mantiene un nivel de solvencia relativamente adecuado como para aceptar créditos e inversiones de cualquier origen, extranjeras o nacionales que vayan o no a través del sistema financiero.
Podrá ser a través de inversión directa en las empresas y así el sector podría tener un flujo de inversiones que lo estimule.
Pero en esa negociación prolongada el deterioro en las finanzas públicas va a ser importante porque el sector público no va a tener crédito. Esto va a demorar el saneamiento de la banca pública, el fortalecimiento del sistema y todo lo que sea necesario hacer para recomponer las finanzas de la Nación y las provincias.
Una negociación prolongada pone en peligro el actual estatus de no default.
El sector privado puede mover un poco, sobre todo en el tema empleo y aumento de indicadores de PBI, producto industrial, producción de servicios, que podrían mostrar tasas de crecimiento positivas, aunque la situación sería complicada.
Tengo dudas con respecto a la negociación. No tendría información para hacer una conjetura, pero en la anterior negociación Lavagna era una parte. Otra parte era el presidente Duhalde y otra el Congreso. No se hasta qué punto la voluntad de Lavagna en esta negociación podría haber modificado otras cosas. Si hubiese querido avanzar hubiera encontrado resistencias en el Ejecutivo o Legislativo.


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