Desde hace unos 40 días, el personal de abordo de los aviones de Lan Chile que llegan al Aeropuerto Internacional Rosario deben informar si tienen algún pasajero con fiebre alta, tos, o dificultad para respirar y, además, si viajó recientemente al sudeste asiático. Y lo mismo deben hacer los capitanes de los buques que arriben a alguno de los puertos de la región. Es que, justamente, esta información es la clave para evitar que desembarque en la ciudad la neumonía atípica o síndrome agudo respiratorio severo (Sars), enfermedad que en el mundo ya registró unos 7.900 casos y produjo 662 muertes.
"Rosario no está exenta de recibir alguna persona infectada", reconoció la jefa médica de la delegación local de Sanidad de Fronteras y Terminales de transporte, Liliana Pasquali. Pero al mismo tiempo aclaró que "no se trata de una situación de emergencia" y que en caso de que se presente un cuadro sospechoso "se podrá manejar eficientemente" para no poner en riesgo a la población.
En Rosario y su región hay dos puertas que podrían servir de acceso a la enfermedad: los vuelos internacionales de Lan Chile que llegan diariamente al aeropuerto, y los 170 buques que, en promedio, arriban a los puertos de San Lorenzo, Puerto General San Martín, Rosario, Alvear, General Lagos y San Nicolás. Estas naves, en algunos casos, tienen procedencia asiática o tripulaciones de esta nacionalidad.
Sólo con una cifra se puede ilustrar el problema. Según datos de la delegación local de la Dirección Nacional de Migraciones, en lo que va del año llegaron a Rosario más de 4.500 tripulantes de Asia, Africa y Oceanía. Y se prevé que para transportar la cosecha récord de soja surcarán el Paraná unos 300 barcos cargueros por mes.
Sin embargo, para las autoridades de Sanidad de Fronteras, la vía marítima es la menos vulnerable para el ingreso del Sars. "El tiempo de evolución de esta enfermedad es de 10 días como máximo. Y generalmente los buques hacen travesías que no son menores de 40 días. Así que, usando el sentido común, es imposible que lleguen personas que no presenten síntomas de la enfermedad y estén en condiciones de contagiar. No dan los tiempos", sostuvo Pasquali.
Aún así, los puertos no están exentos de controles. Dos días antes de su arribo, el capitán de un buque tiene que informar a Prefectura y a Sanidad de Fronteras la ruta que siguió la nave y el estado sanitario de la tripulación. "Si está sana, la autorización para arribar se realiza por cable. Pero si alguno de los tripulantes presenta algún síntoma, ya sea de Sars o de otra enfermedad, el buque no puede tocar puerto hasta que un médico revise a todos los navegantes y se desinfecte la nave", señaló la jefa médica de Sanidad.
Vía aérea
En el aeropuerto el operativo es similar. Las líneas aéreas, la Policía Aeronáutica Nacional, Sanidad de Fronteras y las autoridades sanitarias de la provincia y de la Municipalidad ya acordaron un instructivo, basado en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Y hasta se prepararon dos hospitales para recibir posibles infectados (ver aparte).
En base a esto, si el personal de abordo detecta "casos sospechosos" de Sars deberá comunicarlo a las autoridades sanitarias del aeropuerto para que el personal médico de sanidad concurra a la aeronave. Al mismo tiempo, la tripulación ordenará "no abandonar el avión hasta tanto se cuente con el dictamen médico pertinente".
En tanto, profesionales del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) interrogará y examinará al paciente y evaluará "el grado de probabilidad de que presente un cuadro clínico de neumonía aguda", remarcó Pasquali.
Si se concluye que el enfermo presenta síntomas compatibles con el Sars, el personal de Sanidad de Fronteras deberá relevar los datos de los pasajeros, nombre completo, dirección y teléfonos.
Finalmente, la aeronave deberá ser desinfectada para poder ser liberada.