El mercado financiero ha tomado distancia del optimismo que mostró hace una semana atrás. El dólar esta un poco más brioso, la Bolsa más cauta y el riesgo país nuevamente en ascenso. Las declaraciones del futuro presidente no fueron las mejores, cayeron corporaciones, bancos y desea poner un impuesto a la renta financiera. Los problemas podrían profundizarse si el gobierno posterga una vez más un acuerdo estructural de largo plazo con el FMI, pero hay que explicar el problema.
Se tardó 13 meses para firmar un acuerdo con los entes financieros internacionales, pero en verdad se logró el acuerdo con el G7, ya que los ejecutivos del Fondo se opusieron permanentemente y firmaron en disconformidad. El acuerdo transitorio de enero pasado se logró al contemplar la posibilidad de firmar un acuerdo de largo plazo con la nueva administración.
Desde agosto a diciembre vencen u$s 4.000 millones, que no podrán ser refinanciados con el FMI sin acuerdo. Además, Argentina pretende que el FMI reforme sus estatutos antes que adaptarse a los mismos. El ministro Roberto Lavagna amenazó con no pagar y tratar a los organismos financieros igual que a los acreedores privados, pagando una vez reestructurada la deuda, por lo tanto los pagos se efectivizarían en 2004, con suerte.
Pero un acuerdo de largo plazo implica trabajar desde el 26 de mayo en adelante en las reformas estructurales, algo que el gobierno de Néstor Kirchner no desea realizar, ya que las elecciones legislativas se concentran en septiembre y pretende llegar a dicha fecha sin costo político alguno.
Los hombres del FMI son inflexibles, el estatuto no les permite firmar un acuerdo transitorio adicional al que ya firmaron, por ende sin reformas no hay acuerdo. Una alternativa sería que el país le pida al G7 otra gestión, algo difícil de conseguir pero no imposible en un mundo problemático.
Los escenarios
* Acuerdo de largo plazo con el FMI: el escenario luce muy positivo, ya que el gobierno ajustará las tarifas, lo que traerá como correlato una suba de precios y por ende una mejora en la recaudación. Flexibilizando el mercado cambiario podría haber más demanda de dólares, pero con el acuerdo del FMI volverá la confianza y habría oferta de dólares del colchón por ende el precio del billete podría ubicarse en un rango de 3,10-3,30 que luce razonable. La Bolsa subiría igual que los títulos públicos y bajaría drásticamente el riesgo país. Probabilidad de ocurrencia: 20%.
* Acuerdo transitorio: gana el gobierno. Se posterga otra vez la resolución de los problemas estructurales del país, afrontaría sin problemas las elecciones legislativas, y el ajuste pasaría para 2004. Dólar estable, Bolsa y bonos con leve ascenso. Probabilidad de ocurrencia: 40%.
* Sin acuerdo: los mercados hablarían más que los organismos financieros internacionales. Se entra en cesación de pagos, más controles de cambios, cierre de la economía, dólar que se dispara a la suba y una recesión más profunda. El Estado destinaría una mayor cantidad de fondos a la acción social. Pocos negocios y alta inseguridad, el costo de un dólar controlado sería altas tasas de interés que nos llevarían a corto plazo a una brusca fuga de capitales, Bolsa y bonos con niveles de precios muy bajos similares a los de enero de 2001. Probabilidad de ocurrencia 40%.