| | cartas Las cartas y el teléfono
| Con frecuencia nuestros buenos propósitos de escribir a alguien para expresarle agradecimiento se desvanecen ante el torbellino de las obligaciones de la vida diaria. También porque a muchos la idea de hallarnos frente a una hoja de papel en blanco nos da una sensación de vértigo. Pensamos entonces en el teléfono, un medio más fácil, más rápido y más directo. Pero "carta canta", es decir, no hay mejor prueba que la escrita. Por lo general un mensaje telefónico se resume en algunos garabatos en un trozo de papel cualquiera que después olvidamos o perdemos. Una carta es fácil de archivar. Ella retrata a su autor tan bien que con sólo leer algunos renglones descubrimos quién la firma. Una conversación telefónica apenas lo esboza. Aunque su redacción sea defectuosa, una carta dictada por el corazón puede ser tanto o más expresiva que un apretón de manos. Señor Aurelio Puccini: gracias por su reconocimiento a todos aquellos que de una u otra forma opinamos y participamos en esta sección. Carlos Alberto Parachú
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