Año CXXXVI
 Nº 49.852
Rosario,
domingo  25 de
mayo de 2003
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Inspectores de Control Urbano recorren celosamente los terrenos libres
El municipio refuerza los controles para evitar la radicación de villas
También se avanza en la instalación de huertas orgánicas sobre predios sin uso: ya hay 800 en la ciudad

Diego Veiga / La Capital

La aparición en Rosario de nuevos asentamientos irregulares obligó a las autoridades a incrementar los controles para evitar futuras radicaciones. A raíz de esto, inspectores de Control Urbano recorren unos "cien kilómetros por día" con el objetivo de detectar a los posibles usurpadores. Así lo aseguró el director de esa repartición, Manuel Sciutto, quien consideró que "todo terreno que esté desocupado corre riesgo de ser invadido".
El problema viene siendo celosamente estudiado por el Servicio Público de la Vivienda (SPV), que en los primeros meses de este año ya había detectado la radicación de al menos tres nuevas villas en la zona oeste de la ciudad.
Se estima que el 35por ciento de la superficie de Rosario está conformada por terrenos libres. Se trata de parques, sectores privados, baldíos y basurales que se convierten en potenciales lugares sobre los que podrían instalarse nuevos asentamientos.
¿Qué política tiene entonces el municipio para evitar que esto suceda? Por ahora sólo son visibles dos aspectos: la constante vigilancia de los predios por parte de Control Urbano y la profundización del Programa de Agricultura Urbana, que si bien tiene múltiples objetivos, rescata entre uno de ellos el aprovechamiento de superficies ociosas.
La idea es impulsar la instalación de huertas comunitarias. El proyecto se puso en marcha en febrero del año pasado y hoy ya hay cerca de 800 huertas diseminadas en toda la ciudad.
Según explicó el coordinador del Programa, Antonio Lattuca, en la actualidad hay "25 hectáreas sembradas en las que se producen alimentos que luego se venden en las cuatro ferias de verduras y hortalizas que funcionan en Rosario". Y a ellas se suman otras 20 hectáreas cuya producción se destina a centros comunitarios y diferentes comedores.
El secretario de Promoción Social municipal, Miguel Zamarini, está convencido de que con el Programa de Agricultura Urbana se logran múltiples objetivos. "Por un lado evitamos la proliferación de nuevos asentamientos, por otro reducimos el impacto ambiental que genera un terreno baldío en medio de un barrio y por otro logramos que la gente pueda tener trabajo y sus propios productos alimenticios", explicó.
Mientras tanto, los inspectores de Control Urbano recorren celosamente los terrenos libres con el objetivo de detectar rápidamente a los posibles usurpadores. "Recorremos cien kilómetros por día para detectar terrenos que están siendo ocupados", aseguró Sciutto.
En rigor, la mayor preocupación de los inspectores radica en que no se ocupen los terrenos que están destinados al programa Rosario Hábitat, el proyecto que contempla la urbanización de asentamientos irregulares y la relocalización de algunas familias.

El avance de las huertas
Si bien el SPV detectó la presencia de tres nuevas villas, los funcionarios consultados coincidieron en señalar que "en general no se está observando un crecimiento masivo de asentamientos irregulares".
No obstante, el secretario de Promoción Social admitió que "hay problemas puntuales" y puso el acento en el "importante crecimiento de la población que vive en los terrenos del barrio toba", en la zona noroeste de la ciudad.
Y precisamente muy cerca de ese sector es donde la Municipalidad instalará la huerta más grande de Rosario. Se tratará de una zona sembrada de tres hectáreas que estará ubicada en terrenos del Bosque de los Constituyentes, más precisamente en el sector lindero al puente de la avenida Sorrento, justo enfrente de donde comenzó a formarse un nuevo asentamiento.
La idea de la Municipalidad es imitar allí la experiencia que se llevó adelante en barrios como Molino Blanco, La Cerámica o La Paloma.
Según recordó el secretario de Promoción Social, "en Molino Blanco existía un gran asentamiento cuyas familias fueron reubicadas, pero luego se formó un gran basural que se logró erradicar gracias a la instalación de huertas comunitarias".
Pero las huertas no sólo se instalan en terrenos públicos. El municipio ya tiene en sus manos una ordenanza con la que busca tentar a los privados para que cedan "precariamente" aquellos terrenos que no utilizan.
"Lo que hacemos es instar a los privados a celebrar convenios con la Municipalidad. Si los aceptan, entonces pasan a estar exentos de pagar la Tasa General de Inmuebles", explicó Zamarini.
De ese modo, y si el terreno es considerado apto para instalar una huerta comunitaria, el municipio pone entonces manos a la obra.
"Estamos ganado muchos espacios que estaban abandonados y podían llegar a ser ocupados", aseguró Zamarini, al tiempo que reveló que "no son pocos los privados que se muestran interesados en celebrar convenios con el municipio".
Uno de ellos es la empresa de trenes Nuevo Central Argentino. Según aseguró el funcionario, "la firma cedió precariamente un terreno que es de su propiedad y que está ubicado en barrio Ludueña, ante el temor de que un asentamiento irregular se instalara a metros de sus vías".
Así, el plan promete extenderse a varios puntos de la ciudad. Si bien los funcionarios consultados aclararon que "el objetivo principal no es evitar la radicación de asentamientos, sino promover emprendimientos sociales y generar redes de producción", no hay que perder de vista que las huertas ocupan un lugar que podría haber sido usurpado por un nuevo asentamiento. Y en Rosario, aún están en disputa muchos sectores.



El municipio quiere regularizar la problemática de las villas. (Foto: S. Suárez Meccia)
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